EL ESCÁNDALO DE LAS VACUNAS EN CHINA Millones de dosis de vacunas mal conservadas se han estado administrando en la República Popular China desde hace al menos un año. El gobierno central ha intentado, sin conseguirlo, que el problema no trascendiese a la opinión pública. Contrariados, muchos padres se niegan ahora a cumplir el calendario de vacunación obligatorio ante la falta de certidumbre acerca de la calidad de las vacunas que se administran a sus hijos. El actual problema con las vacunas ha venido a acrecentar la desconfianza hacia el sistema sanitario chino y, por extensión, hacia el régimen presidido desde el 14 de marzo de 2013 por un comunista ortodoxo, Xi Jinping, ingeniero químico y doctorado en teoría marxista. Este escándalo supone otro aldabonazo al poco prestigiado sistema de salud de la República Popular China, comprometiendo la confianza en el gobierno presidido por Xi Jinping, máxime cuando, durante su toma de posesión, priorizó mejorar los parámetros sanitarios de la población. El asunto de las vacunas tiene sus raíces en Heze, provincia de Shandong, situada en el extremo oriental del inmenso país. Aproximadamente dos millones de dosis de vacunas se localizaron en un almacén recalentado y en estado de abandono. Las sospechas recayeron en una farmacéutica del hospital de Heze que ya había sido condenada en el año 2009 por comercio ilegal de vacunas. El asunto se conoció hace un año aproximadamente, pero salió a la luz el pasado mes de febrero (2016). A pesar de los intentos de transparencia en los asuntos públicos, en China continúa existiendo una legislación laxa, y complejas redes clientelares que, amparadas en el secretismo, hacen posible el surgimiento de este tipo de escándalos. Durante la crisis del SARS del año 2003, 349 personas murieron (oficialmente), si bien el número real de fallecidos se estima que fue mucho más elevado. [SARS, acrónimo en inglés de Severe Acute Respiratory Syndrome]. En otra crisis sanitaria en el año 2008, al menos seis niños murieron y más de 300.000 sufrieron graves problemas renales tras la distribución de leches infantiles en polvo contaminadas con melamina, un producto de uso exclusivamente industrial, muy tóxico. El asunto se trató de ocultar durante unos meses para que no coincidiese con los Juegos Olímpicos de Beijing. [El contenido proteico de las leches infantiles se establece por su contenido en nitrógeno. La melamina, rica también en nitrógeno, suplantó de manera criminal el contenido en proteínas]. El principal problema con las vacunas falsificadas parece ceñirse a la pérdida de eficacia, y no tanto a su toxicidad. En una nota de prensa gubernamental, escrita en chino mandarín, se afirma que no se tiene noticia de reacciones adversas o incremento de la incidencia de infecciones achacables a estas vacunas, conservadas en condiciones que no permiten garantizar su seguridad y eficacia. El principal problema es la pérdida de credibilidad de los programas de inmunización en la República Popular China que han conseguido reducciones muy significativas del número de casos de sarampión y otras infecciones comunicables. En el año 2003 se produjeron un indeterminado número de fallecimientos causados por vacunas contra la hepatitis B. Muchos de los informes desaparecieron. Durante los meses siguientes los índices de vacunación contra la hepatitis B disminuyeron un 30%; y un 15% los índices de vacunación general. Las vacunas involucradas en la actual situación no forman parte del programa estatal de vacunación obligatoria que incluye la vacunación contra polio y el sarampión, entre otras infecciones. El comercio ilegal afecta a las denominadas “vacunas de segundo nivel”, tales como la gripe, rabia y hepatitis B. Éstas no están financiadas y han de ser pagadas por las familias. La farmacéutica acusada del fraude se llama Pang Hongwei. Según la versión de los investigadores en Seguridad Farmacéutica, adquirió dosis de vacuna próximas a caducar, vendiéndolas en 23 provincias y ciudades. Pang Hongwei comenzó su fraudulento negocio en el año 2011, apenas dos años después de haber sido condenada por tráfico de vacunas, habiendo sido sentenciada entonces a tres años de prisión, siendo posteriormente reducida su condena a cinco años de libertad condicional. Nadie se explica cómo consiguió eludir la prisión y reanudar su negocio ilegal. Pang Hongwei y su hija guardaron las vacunas en un almacén alquilado de una fábrica abandonada. Las vacunas eran conservadas sin refrigeración y en condiciones de suciedad indebidas. Las elevadas temperaturas han podido anular la eficacia de las vacunas. Las prácticas de Pang Hongwei solo han sido posibles con la connivencia de médicos y clínicas privadas que aumentaban sus beneficios adquiriendo las vacunas a un precio inferior al del mercado. Las primeras noticias del fraude se conocieron en una página web en el mes de febrero (2016) en un periódico de escasa difusión. La información trascendió cuando se dio a conocer durante el mes de marzo (2016) en otra página web de mayor difusión. La opacidad gubernamental inicial ha sido sustituida por noticias casi diarias sobre arrestos y redadas: 202 personas habían sido detenidas; y 357 oficiales se habían visto impelidos a dimitir (información de mayo del año 2016). Zaragoza, a 4 de mayo de 2016 Dr. José Manuel López Tricas Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria Farmacia Las Fuentes Florentino Ballesteros, 11-13 50002 Zaragoza |
Actualidad > Apuntes de actualidad >