Hoodi gordonii

Ilustración de Hoodi gordonii de los archivos del Brooklyn Botanic Garden (imagen de la izquierda)

Hoodi es un género de plantas carnosas de la familia Apocinaceae. La especie más conocida es Hoodi gordonii, también conocida como Hoodi pilifera (sinonimia aceptada: Trichocaulan piliferum). Se usa de modo habitual por los bosquimanos del desierto del Kalahari, para suprimir el apetito, sofocar la sed; pero también para afecciones intestinales.

Esta planta crece en Angola, Botswana, Namibia y Sudáfrica.

Existen dos excelentes trabajos:

 B.-E. van Wyk, M. Wink. Medicinal Plants of the World (editado por Timber Press, Portland, Oregon, 2004; página 171)

  • D. Court. Succulent Flora of Southern Africa (editado por Balkema Press, Rotterdam, 2000; páginas: 169-172)












Fotografía del desierto del Kalahari (en la parte que forma parte de Namibia)

HOODI GORDONII: PLANTA ÚTIL PARA ADELGAZAR

Los bosquimanos, habitantes del desierto del Kalahari, una región semiárida, solo verdadero desierto en algunas zonas, con una extensión de casi dos veces el territorio peninsular de España, usan los frutos de la planta Hoodi gordinii para anular el hambre y la sed durante sus cacerías. Para ello  rompen los carnosos frutos en forma de pepino e ingieren su contenido lechoso.

La atención por Hoodi gordinii surgió tras el interés de la multinacional farmacéutica Pfizer por la planta como potencial supresor del apetito. Aunque Pfizer ha abandonado su proyecto, el interés por la planta ha crecido de forma tan importante que la demanda supera muy ampliamente la disponibilidad, en palabras de Hugh Lamond, director de Herbal Teas of Africa, uno de los escasos exportadores de Hoddia.

Uno de los suplementos (Hoodoba®) que se vende on-line anuncia que “mata el apetito, eleva el humor y da ondas y ondas de energía”.

Los fabricantes de otro suplemento (Pure Hoodia®) alardean de que su preparado contiene ingredientes activos que “enloquecen el cerebro, haciéndole creer que está saciado, facilitando la pérdida de peso”.

Sin embargo la ausencia de estudios en humanos nos debe hacer cautelosos ante esta publicidad. En palabras del Dr. Jonathan Waitman, especialista en Nutrición del New York Presbyterian Weill Cornell Hospital, no se puede recomendar un producto que no ha sido estudiado y suficientemente contrastado.

Existe un aspecto que se debe tener presente: el efecto de los frutos de la planta no tiene porque ser el mismo que el de los suplementos. No se debe obviar que aspectos genéticos, culturales, las dificultades de acceso a los alimentos y otros factores relacionados con una vida en los límites de la supervivencia, no tienen absolutamente nada que ver con los de habitantes de países desarrollados.

Existen, además, otros matices que tampoco se han estudiado: cuánto suplemento precisa una persona en función de su peso u otras condiciones, con qué frecuencia ha de tomar el suplemento; y por cuánto tiempo.

Un estudio británico no publicado, halló que nueve hombres que tomaron cantidades no especificadas de P57 (estrictamente P57AS3) – el ingrediente activo de Hoodia – durante 15 días, ingirieron menos calorías y, en última instancia, redujeron su peso corporal, en relación con otros hombres que tomaron placebo (grupo control). Dos aspectos del estudio hacen que no haya sido tenido en cuenta: de un lado, el número de involucrados (9 hombres) no permite extraer ningún tipo de conclusiones; y, por otro lado, el estudio nunca fue publicado, por lo que no se conocen los detalles del mismo.

El estudio referido fue realizado por Phytopharm, una Compañía británica que adquirió en el año 1997 una licencia de South Africa’s Council for Scientific and Industrial Research, para desarrollar P57 (P57AS3). El Departamento de Investigación Científica e Industrial de Sudáfrica había aislado previamente el compuesto P57 a partir de Hoodia gordonii, identificando esta sustancia como el principal ingrediente para el control del apetito.

Phytopharm se asoció con Pfizer para desarrollar un fármaco que contuviese P57. Pero, a mediados del año 2003, Pfizer abandonó el proyecto. Kate Robins, portavoz de Pfizer en New London, Connecticut, Estados Unidos, explicó que las investigaciones iniciales sugerían que P57 era demasiado difícil de sintetizar y podría ser muy complejo llegar a formularlo en preparación oral sólida (comprimidos, cápsulas).

Abandonado por Pfizer, Phytopharm se ha asociado con Unilever, una empresa que fabrica artículos de consumo tan variados como productos de limpieza, desodorantes y alimentos. El objetivo es añadir P57 en alimentos y bebidas, comercializándolos como preparados especiales. Este nuevo enfoque exigirá estudios de seguridad y efectividad; y probablemente los productos tardarán en estar disponibles, según Trevor Gorin, portavoz de Unilever.

La demanda de la planta que crece salvaje la ha situado en peligro de extinción; y, consecuentemente, ha comenzado a ser cultivada en granjas, para satisfacer, al menos en parte, la creciente demanda.

Unilever ha realizado análisis sobre diez marcas de suplementos disponibles en Estados Unidos. De las diez marcas comerciales estudiadas, dos apenas contenían P57, en otras cuatro las cantidades de P57 eran mínimas; y solo cuatro de los suplementos tenían P57 en proporciones significativas.

¿Como actúan los preparados de Hoodia gordonii?. Los estudios llevados a cabo por Pfizer, en los que inyectaba el compuesto P57 intracerebralmente en ratones, indicaban que ejercían su efecto supresor del apetito actuando en el conjunto de neuronas del hipotálamo que regula el apetito y la sensación de saciedad. David MacLean, endocrinólogo del Brown Medical School, que dirigió el estudio, afirmó que P57 parece alterar el metabolismo energético en dicha área del hipotálamo. El Dr. MacLean aclaró, no obstante, que cuando se administra P57, el compuesto se metaboliza rápida y extensamente en el hígado, de tal suerte que las dosis necesarias para obtener el efecto buscado deberían ser muy elevadas; y advirtió que la mayoría de los preparados comerciales no alcanzan, ni de lejos, las dosis precisas.

No es lo mismo suplementar un alimento o bebida con un compuesto químico extraído de una planta que usar una parte de la misma (en este caso el fruto) dentro de un contexto social y cultural determinado.

Existe un interesante trabajo publicado en la revista Brain Res, titulado Increased ATP content/production in the hypothalamus may be a signal for energy-sensing of satiety: studies of the anorectic mechanism of a plant steroidal glycoside, cuyo Abstract expongo a continuación:

 

Se ha aislado de Hoodia gordonii un glucósido esteroideo, denominado P57AS3 (P57), con actividad anorexígena en animales. El núcleo del compuesto P57 tiene homología estructural con los glucósidos cardíacos. Las inyecciones intracerebroventriculares (i.c.v.) del compuesto P57 purificado han mostrado un probable mecanismo de acción central. No existe evidencia de que P57 se enlace a, o altere la actividad de receptores o proteínas conocidos, incluyendo Na+/K+-ATPasa (la diana putativa de los glucósidos cardíacos). Los estudios demuestran que el compuesto (P57) incrementa el contenido de ATP en las neuronas del hipotálamo entre un 50% y un 150%. Además, la administración de P57 en el tercer ventrículo cerebral reduce la ingesta de alimentos durante las siguientes 24 horas entre un 40% y un 60%; a la vez que incrementa el contenido de ATP en los preparados tisulares de tejido del hipotálamo. En estudios relacionados llevados a cabo  en ratas alimentadas con dietas hipocalóricas durante 4 días, el contenido de ATP en los animales control disminuyó entre un 30% y un 50%; siendo bloqueado este efecto por la inyección intracerebroventricular de P57AS3. Existe una creciente evidencia de que el ATP puede ser un sensor energético que actúe en el centro del apetito de modo similar a otros centros hipotalámicos fundamentales, como los que regulan la temperatura y osmolaridad.

Zaragoza, a 8 de junio de 2012

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza

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Lopeztricas Jose-Manuel,
10 jun 2012, 13:12
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