MDMA: ¿LA DROGA DEL AMOR?
La droga conocida por su acrónimo MDMA (3,4-MetilenDioxi-N-Metil-Anfetamina) popularizada como Molly; y años atrás como “éxtasis”, no es una sustancia novedosa. Fue patentada por Laboratorios Merck en el año 1914, permaneció olvidada durante varias décadas hasta su resurgimiento a mediados de los años 1970 cuando algunos psicoterapeutas comenzaron a usarla para conseguir que sus pacientes fuesen más receptivos a la psicoterapia. La droga se introdujo primero en los nightclubs de New York a finales de la década de 1980, popularizándose en unas fiestas salvajes (rave party) que se denominaban con el acrónimo NASA, que sirvieron como telón de fondo de la película Kids del director Larry Clark.
MDMA da lugar a sentimientos de euforia, proximidad afectiva y disminución de la ansiedad. El “éxtasis” se introdujo muy bien entre los “brokers” de Wall Street y en el mundo artificioso de las galerías de arte, la moda y otros lugares de sofisticación. Pero su éxito condujo inexorablemente a la adulteración con variadas sustancias, tales como cafeína, dextro-anfetamina, efedrina, ketamina, LSD, polvos de talco, aspirina, y otros). Las adulteraciones condujeron a la progresiva “pérdida de prestigio” entre los usuarios habituales. Durante la última década, el “éxtasis” regresó a los clubs nocturnos con el nuevo nombre de Molly, una versión en polvo o cristalina de MDMA, con una pureza muy superior. La denominación Molly, deriva de molecule (molécula). Según Robert Glatter, médico de urgencias en Lenox Hill Hospital en Upper East Side, el nuevo MDMA (Molly) ocasiona efectos adversos que incluyen deshidratación, ansiedad, insomnio, fiebre, anorexia y bruxismo; pero también otros más graves y de más difícil control: hipertermia (fiebre extremadamente elevada), convulsiones febriles, crisis hipertensivas y depresión causada por una depleción de serotonina en los días posteriores a su consumo, que ha motivado su denominación de “Martes Suicidas” (Suicide Tuesday). Si hace años su uso de circunscribía a ambientes juveniles y entre personas vinculadas al mundo de la moda, el espectáculo y las finanzas, hoy día se utilización se ha extendido entre personas de mediana edad, ajenas por completo a lo que suele denominarse “vida nocturna”. La Drug Abuse Warning Network de Estados Unidos, ha notificado que el número de visitas a urgencias hospitalarias relacionadas con el consumo de MDMA se ha duplicado desde el año 2004. A pesar de los frecuentes casos de sobredosis, solo se han comunicado dos casos de fallecimiento por esta causa. Su creciente consumo se puede inferir del siguiente hecho: si en el año 2008 se produjeron 186 confiscaciones, en el año 2012 su número se elevó hasta las 2.670 (datos de Estados Unidos, United States Customs and Border Protection). Algunos expertos achacan el auge de consumo de MDMA al auge de la música electrónica (E.D.M., de Electronic Dance Music), tanto en las emisoras de radio como en algunos festivales. Una dosis de Molly (MDMA) suele costar entre $20 y $50, siendo socialmente más aceptable que la cocaína, debido a que no es adictiva. MDMA se catalogó como sustancia ilegal en el año 1985. A comienzos de la década de 2000, se previno que esta sustancia podía desencadenar un cuadro similar a la enfermedad de Parkinson y un cuadro clínico permanente de depresión. El Dr. John Halpern, psiquiatra de Harvard ha llevado a cabo varios estudios sobre MDMA. La FDA (Food and Drug Administration) ha autorizado la realización de varios estudios con vistas a la potencial utilidad de MDMA en el trastorno de estrés post-traumático y en el control de la ansiedad en pacientes con enfermedades terminales. El problema fundamental es la clandestinidad del consumo de MDMA y las adulteraciones, según la Agencia Anti-Narcóticos (D.E.A., de Drug Enforcement Agency). Rick Doblin, fundador de Multidisciplinary Association Psychedelic Studies, que ayudó a financiar los estudios de los psicoterapeutas con MDMA a comienzos de los años 70 del siglo pasado, situó a esta droga (Molly) en el contexto de otras drogadicciones anteriores: en la década de 1960, la gente buscaba profundizar la espiritualidad y encontró el LSD (dietilamida del ácido lisérgico [LysergSäureDiethylamid]); en la década de 1970 la predominante cultura hippie halló en la marihuana (cannabis) su alter ego psicológico; durante la década de 1980 la cocaína complementó la extravagante autoafirmación en unos años de codicia desmedida; y desde comienzos de la década de 1990 los jóvenes hallaron en la danza y la música electrónica (la variante electrónica de la música repetitiva de origen tribal) la vía de escape, con el complemento de las anfetaminas, de la que MDMA (éxtasis, molly) son simples modificaciones químicas. MDMA da lugar a sentimientos de desinhibición, limando asperezas y facilitando las relaciones interpersonales. Zaragoza, 12 de julio de 2013 Dr. José Manuel López Tricas Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria Farmacia Las Fuentes Florentino Ballesteros, 11-13 50002 Zaragoza |
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