PREMIOS LASKER 2015, LOS “NOBEL AMERICANOS” Los premios otorgados por la Albert and Mary Lasker Foundation han reconocido este año, 2015, avances en investigación básica en genética, tratamiento contra el cáncer, y ayuda humanitaria durante la última epidemia por el virus ébola en el oeste de África. En el ámbito científico se suele referir a los Premios Lasker como los “Nobel americanos”. Durante las últimas tres décadas, 44 galardonados con los Lasker Award obtuvieron más tarde el Premio Nobel en su campo de trabajo. Este año ha sido una excepción, pues Médicos Sin Fronteras, recibió el Premio Nobel de la Paz (1999) antes de su reconocimiento por la prestigiosa Lasker Foundation. Evelyn M. Witkin y Stephen J. Elledge compartieron el Albert Lasker Basic Medical Research Award por su trabajo, realizado independientemente, sobre las estrategias de bacterias, levaduras y células humanas contra las alteraciones, espontáneas o inducidas, en su ADN, verdadero “núcleo reactor” del genoma. James P. Allison recibió el Lasker-DeBakey Clinical Medical Research Award por el descubrimiento y desarrollo de un novedoso tratamiento contra el cáncer que ha dado lugar a una clase de medicamentos que permiten al sistema inmunitario ejercer su actividad contra el proceso maligno. A estos medicamentos se les designa en el argot científico “inhibidores de checkpoint”. Médicos Sin Fronteras (Doctors Wihtout Borders, en su denominación internacional), una organización surgida en Francia (Médecins Sans Frontiéres) ha recibido el Lasker-Bloomberg Public Service Award por su liderazgo en la lucha contra la epidemia de ébola en el oeste de África, trasunto de otras actividades, siempre en primera línea, en las emergencias sanitarias en países con muy bajos estándares de desarrollo. Evelyn M. Witkin, en la actualidad de 94 años, es una genetista y profesora emérita en Waksman Institute of Microbiology, en la Rutgers Universtity. Inició su carrera científica en la década de 1940 estudiando la genética de las mutaciones bacterianas. Durante la década de 1960 descubrió el proceso por el que la radiación ultravioleta (UV) causa mutaciones en el genoma de la bacteria Gram negativa Escherichia coli. La radiación UV hace que el ADN bacteriano induzca a la síntesis de una enzima que copia el ADN. Sin embargo, esta enzima tiende a cometer errores, a los que designamos mutaciones. Durante la década de 1970 Evelyn Witkins inició una fructífera colaboración con Miroslav Radman, de la Universidad de Bruselas, Bélgica. Ambos propusieron la hipótesis del “S.O.S.”, según la cual el daño del ADN desencadena una cascada de reacciones encaminadas a lograr la pronta y eficaz reparación del daño en la estructura del ADN. Hasta donde hoy se conoce esta respuesta involucra 43 genes. Todo el esfuerzo está dirigido a lograr la supervivencia de la bacteria manteniendo su capacidad de división. Durante la década de 1980 Evelyn Witkins conoció los trabajos de Stephen J. Elledge, a la sazón un recién graduado, con quien ha compartido el premio.
Stephen J. Elledge, actualmente de 59 años, es profesor de genética en Harvard Medical School, trabajando en el Brigham and Women’s Hospital, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos. Gran parte de su actividad investigadora se centra en los genes y proteínas involucradas en la respuesta al ADN dañado, y su papel en el cáncer y los procesos degenerativos del sistema nervioso. Las bacterias, levaduras y eucariotas se enfrentan a miles de amenazas que alteran la estructura del ADN. Sin embargo la respuesta no se limita a reparar el daño sobre el ADN sino que involucra múltiples mecanismos, muchos probablemente ignorados, conformando un complejo esquema de defensa del que ni siquiera se ha diseñado un esquema coherente. El ADN es información en soporte químico. Cuando el soporte experimenta modificaciones, la información que se transmite puede ser errónea. Las consecuencias de esta información equivocada son muy variables, inocuas en algunos casos, inviables con la supervivencia en otros. James P. Allison, de 67 años de edad, es profesor de inmunología en la Texas University M.D. Anderson Cancer Center, en Houston, Texas. Gran parte de su investigación se ha centrado en las células T, una estirpe de leucocitos que constituyen la “infantería inmunitaria”. Durante muchos años se avanzó muy poco en la comprensión de la actividad de las células T en la lucha contra los tumores. A lo largo de la década de 1990, James Allison y Jeffrey Bluestone mostraron, en investigaciones independientes, que una proteína sintetizada por las células cancerosas (PDL-1) se unía a otra proteína (PD-1) expresada en la superficie de las células T. La consecuencia de esta interacción [PD-1 ↔ PDL1] da lugar a la inhibición de la actividad inmunitaria de la célula T. Este mecanismo podría servir para controlar las reacciones de autoinmunidad y el desarrollo de enfermedades autoinmunes. [PD es el acrónimo de Programmed Death; siendo PDL, Programmed Death Ligand]. Ver esquema que acompaña al texto. El trascendente hallazgo de James Allison fue que la inhibición de esta proteína (PDL1) impedía el bloqueo de su receptor (PD-1) en la superficie de la célula T, que, de esta guisa, mantenía su acción inmunitaria contra la célula cancerosa. La proteína PDL-1 constituía una especie de checkpoint. En colaboración con Dana Leach, una estudiante post-doctoral, desarrolló un anticuerpo contra esta proteína. La estrategia de inhibir la PDL-1 (no bloqueo del receptor PD-1 de las células T) mostró resultados favorables en tumores experimentales en ratones. Muchas empresas farmacéuticas se mostraron escépticas. Sin embargo, Medarex desarrolló un anticuerpo monoclonal contra el PDL-1, denominado ipilimumab. Bristol Myers Squibb adquirió Medarex, comercializando ipilimumab con el nombre de Yervoy® en el año 2011 para el tratamiento del melanoma avanzado. Otros investigadores han descubierto checkpoints adicionales habiéndose desarrollado otros dos medicamentos para el melanoma y cáncer pulmonar. Estos fármacos se han estudiado también en otros tipos de cáncer. La inhibición de la proteína PDL-1, y otros tipos de checkpoints, terminarán probablemente por formar parte de los protocolos del tratamiento del cáncer. Doctors Without Borders (Médicos Sin Fronteras, en su sección española) ha sido el tercer galardonado con los premios de la Fundación Lasker 2015, por su “tarea monumental” en la lucha contra la epidemia del virus ébola en el oeste de África. A pesar de las numerosas advertencias realizadas por este grupo filantrópico a comienzos del año 2014 acerca de la gravedad de la epidemia, tanto la Organización Mundial de la Salud como otros Organismos gubernamentales reaccionaron de manera muy torpe, permitiendo que la epidemia entrase en una espiral que mató a aproximadamente 11.000 personas. La epidemia se ha extinguido, o casi, en la actualidad. Sin embargo, este grupo permanece en los países que fueron afectados construyendo dispensarios materno-infantiles, realizando campañas de vacunación, tratando la malaria y otras enfermedades endémicas, y contribuyendo a crear protocolos básicos de salud. Doctors Without Borders recibió en el año 1999 el Premio Nobel de la Paz. Zaragoza, a 15 de septiembre de 2015 Dr. José Manuel López Tricas Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria Farmacia Las Fuentes Florentino Ballesteros, 11-13 50002 Zaragoza |
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