Virus Ébola como potencial arma biológica

Fotografía microscópica ampliada 25.000 veces que muestra multitud de virus Ébola (color verde) saliendo de una célula infectada (color naranja)

VIRUS ÉBOLA COMO POTENCIAL ARMA BIOLÓGICA

A comienzos de septiembre se produjo un incidente en el aeropuerto de Lagos (capital administrativa y financiera, pero no política de Nigeria) cuando un oficial federal de aviación recibió deliberadamente un pinchazo con una jeringuilla. Este hecho, que en otras circunstancias no habría recibido excesiva atención, fue considerado y gestionado como una situación alarmante, dada la infección por el virus hemorrágico Ébola.

Tanto la jeringuilla como el oficial agredido fueron trasladados a un centro médico en Houston, Estados Unidos. Afortunadamente, la determinación del contenido de la jeringa y el examen del  oficial dieron resultado negativo para el virus Ébola.

Según expertos en bioterrorismo, es extremadamente difícil para cualquier grupo terrorista usar el virus Ébola como arma biológica. Lo más probable es que matase a los que intentasen preparar el arma biológica antes de que pudieran dispersar su contenido en áreas pobladas. Sin embargo, no es descartable la realización de ataques a escala más reducida.

Incluso si algunos terroristas se auto-infectasen deliberadamente, y transportasen el virus mientras su estado de salud se lo permitiese, el daño que podrían causar sería limitado. Un ataque estas características apenas sería mortífero en un país avanzado. El mayor impacto derivaría del pánico social y el impacto sobre la economía. Imagínese que alguien manifestase su condición de contagiado en un vuelo internacional: bloquearía el aeropuerto de llegada, todos los pasajeros deberían ser ingresados en condiciones de máxima seguridad; y los trastornos económicos posteriores  son difíciles de evaluar.

El gobierno federal de Estados Unidos considera el virus Ébola y otras fiebres víricas hemorrágicas como potenciales y peligrosas armas biológicas, tales como la viruela (mantenida en laboratorios de alta seguridad), ántrax, botulismo, peste bubónica y tularemia.

Tanto las vacunas, actualmente en preparación, como el medicamento ZMapp® se han desarrollado contando con la financiación del gobierno federal de Estados Unidos.

Una secta terrorista japonesa llevó a cabo un ataque con “gas nervioso” en el metro de Tokio, Japón en el año 1995, matando a 13 personas. Poco antes de este atentado, el dirigente de la secta, Aum Shinrikyo, había viajado a Zaire (actualmente República Democrática del Congo), bajo el amparo de una organización de ayuda humanitaria. Sin embargo su verdadero objetivo era obtener muestras del virus Ébola, cuyo primer brote epidémico se había descubierto en poblados ribereños del río Ébola (de ahí su patronímico) en el país centroafricano. No tuvo éxito en su misión y el ataque terrorista en Tokio se llevó a cabo finalmente con “gas nervioso”.

La Unión Soviética (que se disolvió en diciembre de 1991) también trató de desarrollar un arma biológica usando virus Ébola. Las dificultades, y la muerte por infección con el virus del responsable del proyecto tras pincharse accidentalmente con una jeringuilla que contenía el virus condujo a la reestructuración del proyecto hacia el uso del virus Marburg, estrechamente relacionado con el virus Ébola.

Raymond A. Zilinskas, director del programa de no-proliferación de armas biológicas y químicas, del Chemical & Biological Weapons Nonproliferation Program, adscrito al Monterey Institute of International Studies, y coautor del libro “The Soviet Biological Weapons Program: A History” (Harvard Universitiy Press 2012) afirmó que el gobierno soviético encontró dificultades para la producción en masa del virus Ébola. Intentó entonces la producción masiva del virus Marburg en una forma estable si era dispersado en el aire.

La posibilidad de ataques terroristas mediante el contagio deliberado por el virus Ébola no es descartable porque el periodo de incubación es de 2 a 21 días, según la Organización Mundial de la Salud. Así las personas infectadas podrían expandir la infección durante más de una semana antes de que la enfermedad los invalidase. Así, una persona infectada de manera premeditada podría alcanzar cualquier lugar del planeta sin manifestar sintomatología alguna. Sin embargo, hay dos factores que dificultan el uso del virus Ébola con fines criminales: de un lado, las personas no son plenamente contagiosas hasta que la sintomatología no se hace evidente; y, de otro lado, la infección no se contagia por vía aérea, sino que requiere contacto directo con los fluidos del enfermo.

No obstante, algunas investigaciones han mostrado que cuando monos son obligados a realizar inhalación forzada de virus Ébola, se pueden llegar a contagiar.

En este sentido, las esporas de ántrax son muy contagiosas por inhalación, constituyendo un arma biológica potencialmente más “efectiva” y peligro sa.

Zaragoza, 15 de septiembre de 2014

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Farmacia Las Fuentes

Florentino Ballesteros, 11-13

50002 Zaragoza

 

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Lopeztricas Jose-Manuel,
14 sept 2014, 23:37
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