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Anticuerpos monoclonales, año 1979













ANTICUERPOS MONOCLONALES, AÑO 1979

Los trabajos teóricos que condujeron a la producción de anticuerpos monoclonales se iniciaron a principios de la década de 1970, pero la primera mención en la prensa generalista se realizó el 1 de mayo del año 1979 (The New York Times). Un artículo en la página C2 comenzaba: “Una nueva empresa de San Diego [California] planea fabricar y vender auto-anticuerpos producidos artificialmente mediante técnicas de cultivo tisular”.

Los anticuerpos circulan en la sangre hasta que se engarzan a células extrañas (no reconocidas como propias), denominadas antígenos. Los anticuerpos señalan a los antígenos para su destrucción por las células especializadas del sistema inmunitario.

Los anticuerpos monoclonales se fabrican en el laboratorio, siendo clonados, esto es, multiplicados varios órdenes de magnitud en copias idénticas. Todas las copias son específicas para señalar virus, bacterias o células asociadas a una determinada enfermedad. El marcaje con estos anticuerpos es el paso previo a su destrucción ulterior por las células del sistema inmunitario. Y todo esto se consigue sin dañar a las células sanas.

A finales de la década de 1970, varias empresas biotecnológicas, incluyendo Genentech e Hybritech habían concluido que fármacos hechos con anticuerpos monoclonales podían usarse para tratar el cáncer y otras graves enfermedades. El 27 de junio del año 1980 un artículo firmado por Harold M. Schmeck (The New York Times) titulado “Advances in Gene Splicing Hint Scientific-Industrial Revolution” hacía referencia al avance vertiginoso de esta nueva área científica. Pero añadía con prudencia que “estas proezas de la alquimia biológica pueden ser poco más que un visillo para una revolución científico-industrial”.

El 18 de agosto de 1984, Stuart Diamond dio cuenta en la página 31 del mismo diario (The New York Times) que una empresa de investigación en el área de la biotecnología afirmó haber producido los primeros anticuerpos monoclonales a escala industrial para el tratamiento de enfermedades.

Y el 16 de octubre del mismo año (1984) se daba cuenta que tres investigadores en el campo de la Inmunología conseguían el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. Ese mismo día se publicaban un artículo y un editorial de Nicholas Wade titulado “Triumph of an Unworkable Idea”.

El Dr. Niels K. Jerne, quien sentó las bases teóricas, junto con los doctores George J. F. Köhler y César Milstein, que produjeron los primeros anticuerpos monoclonales, compartieron ex aequo el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. No obstante, aun tardaría una década hasta que el primer anticuerpo monoclonal llegase a comercializarse.

El 1 de mayo del año 1997, The New York Times daba cuenta que Genentech e Idec Pharmaceuticals habían solicitado a la Food and Drug Administration (FDA) la aprobación de Rituximab (Rituxan®; MabThera®) para el tratamiento de un tipo específico de linfoma no-Hodking. En los ensayos clínicos en que se fundamentaba la solicitud de autorización, el fármaco (Rituximab) causaba el colapso de aproximadamente la mitad de los tumores no-Hodgkin del sistema linfático. Rituximab se continúa prescribiendo para este tipo de tumores; pero también para la leucemia linfocítica crónica, artritis reumatoide, desórdenes autoinmunes hematológicos y otras enfermedades.

Todos los anticuerpos monoclonales reciben nombres que terminan con el sufijo –mab (del inglés, monoclonal antibody).

Aun cuando ninguno de los anticuerpos monoclonales desarrollados hasta ahora ha actuado como la “bala mágica” de la que se hablaba hace treinta años, en la actualidad existen docenas de medicamentos anticuerpos monoclonales; y cientos de nuevos fármacos se hallan en distintas fases de investigación.

Zaragoza, a 1 de noviembre de 2012

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza

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José Manuel López Tricas,
1 nov 2012, 13:36
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