Kamikaze y los intentos de invasión mongol de Japón

KAMIKAZE

En japonés, kamikaze significa “viento divino”. El término se usó por primera vez para referirse a dos potentes tifones (denominación de los ciclones tropicales en los mares de Oriente) que durante el siglo XIII, y separados por un ínterin de siete años, destruyeron dos invasiones mongolas. El término quedó eclipsado hasta que resurgió durante la Segunda Guerra Mundial.

Estudios arqueológicos muy recientes han hallado los restos de un barco perteneciente a la segunda flota mongol, que intentó la invasión de Japón en el año 1281. Los restos se han localizado un metro por debajo del fondo a unos 25metros de la costa de Nagasaki.

Los arqueólogos japoneses tratan de recrear la flota de la Dinastía Yuan. Cuentan para ello con una sección de la quilla de 12metros de longitud de los barcos perdidos de Kublai Khan. Hay que recordar que los mongoles gobernaron China desde el año 1271 al año 1368.

El equipo de arqueólogos está dirigido por Yoshifumi Ikeda, profesor de la universidad de Ryukyus, en Okinawa.

El descubrimiento se ha realizado usando técnicas ultrasónicas (los restos estaban un metro por debajo del fondo marino). Es el primer hallazgo que tiene el casco íntegro y el entarimado está todavía unido a la quilla con clavos.

La circunstancia de que los restos del naufragio se mantuviesen cubiertos por un metro de arena, ha hecho factible un buen estado de conservación, lo que ha permitido establecer que el entarimado estuviese pintado originalmente de un color gris blanquecino.

En la proximidad de los restos del barco hundido se han encontrado más de 4.000 restos arqueológicos, incluyendo fragmentos de cascos, ladrillos usados como lastres, balas de cañón y piedras usadas como anclas, hallazgos que vinculan la nao descubierta con el intento de invasión de Japón por parte de la Dinastía Yuan.

Antes de extraer los restos encontrados, se mantendrán en el lugar en que han sido localizados, protegidos con redes.

Kamikaze (término más conocido para designar a los pilotos suicidas durante la Guerra del Pacífico en el marco de la Segunda Guerra Mundial), llegó a ser una definición incluso para Japón y delimitó la expansión mongol hacia el este.

El primer intento de invasión desde China (parte entonces del Imperio Mongol) en el año 1271 terminó en desastre.

Las fuerzas mongolas combatieron en la batalla de Bun’ei contra un ejército numéricamente superior de samuráis japoneses en la bahía de Hakata. Los mongoles se vieron impelidos a retirar sus 300 barcos y alrededor de otras 500 pequeñas embarcaciones, un día después de la batalla. Un tifón destruyó alrededor de un tercio de la flota; y los semidestruidos barcos restantes buscaron refugio en Corea, entonces un estado vasallo de la China Mongol.

Siete años después, Kublai Khan reconstruyó una armada impresionante de 4.400 barcos que transportaban 40.000 coreanos, mongoles y chinos en lo que parecía el intento definitivo de subyugar al indómito Japón. Los previsores japoneses, convencidos de que sufrirían un segundo intento de invasión, se dedicaron a construir defensas que dificultaron el desembarco de las tropas invasoras.

Incapaces de alcanzar tierra firme tras un ataque inicial a la isla de Iki y Tsushima, la flota fue diezmada por un segundo tifón que se prolongó durante dos días en el estrecho de Tsushima.

Alrededor del 80% de las tropas de Khan, bien sucumbieron ahogadas en el mar o bajo las espadas de los samuráis tan pronto alcanzaban las playas.

En el libro de James P. Delgado, “Khubilai Khan’s lost fleet: In Search of a Legendary Armada”, se cuenta que las pérdidas fueron tan enormes, que una persona podía caminar durante largo rato pisando solo cadáveres y restos del naufragio”.

Zaragoza, octubre, 2011

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza