ENDRE ALEXANDER BALAZS Y EL ÁCIDO HIALURÓNICO Endre A. Balazs está vinculado al descubrimiento del ácido hialurónico, una sustancia lubricante extraída de las crestas de los gallos, utilizada en el tratamiento paliativo de la artritis y osteoartritis, así como en cirugía oftalmológica para mantener la forma del globo ocular durante la implantación de lentes intraoculares tras la extirpación de cataratas o trasplante de córnea. Endre A. Balazs nació en Hungría (entonces parte del Imperio Austria Hungría), si bien llevó a cabo casi toda su carrera científica en Estados Unidos. Su fallecimiento se ha producido en Saint Tropez (Francia). Tenía 95 años. Dedicó siete décadas de su vida a explorar el potencial terapéutico del ácido hialurónico, una sustancia viscoelástica aislada por Karl Meyer en el año 1934 a partir de los ojos de las vacas. Sin embargo, a partir de 1940 la sustancia se logró aislar y purificar a partir de la cresta de los pollos, un material que se consideraba desecho en los mataderos. A comienzos de la década de 1960 se descubrió que esta sustancia, ácido hialurónico[1], disminuía el dolor causado por la artritis. Durante algunos años el ácido hialurónico se inyectaba en las articulaciones rotulianas de los caballos de carrera para reducir la inflamación, y, asimismo, en la cirugía oftalmológica veterinaria. A comienzos de la década de 1970, Endre Balalz creó una compañía, Biotrics, patentando Healon®, un derivado del ácido hialurónico. Vendió la patente a Pharmacia, una empresa farmacéutica sueca, integrada tras diversos avatares, en la multinacional norteamericana Pfizer. Tras la adquisición de la patente por Pharmacia comenzó su ensayo en humanos. Las preparaciones más importantes con ácido hialurónico, solo o asociado a condroitinsulfato son las que se reseñan en la siguiente tabla:
Todos los preparados se formulan a partir de la cresta de los gallos, excepto Viscoat® y Opelead®. Viscoat® contiene ácido hialurónico obtenido por fermentación en cultivos de estreptococos Lancefield[2] grupos A y C, y condroitinsulfato proveniente del cartílago de aleta de tiburón. Opelead® contiene ácido hialurónico obtenido por fermentación en cultivos de estreptococos Lancefield grupos A y C. El ácido hialurónico (sinonimias: hialuronato sódico, hialuronano) es un polisacárido construido por la alternancia de dos monosacáridos, ácido D-glucurónico y N-acetil-D-glucosamina. Se trata de un glucosaminoglucano (véase estructura química bidimensional). El ácido hialurónico tiene una amplia distribución en la matriz extracelular, estando también presente en el líquido que baña las sinovias y el humor vítreo del ojo. Las propiedades reológicas[3] del ácido hialurónico están en función de su concentración y del peso molecular. En adultos sanos, la concentración sérica de ácido hialurónico se halla en el rango 10 a 100mcg/L (promedio: 30 a 40mcg/L), siendo máxima por la mañana. La concentración se incrementa con la edad y en caso de insuficiencia hepática. La principal ruta de eliminación del ácido hialurónico es hepática por degradación a productos de bajo peso molecular. Una segunda vía de eliminación, mucho menos importante, es esplénica. La vida media de eliminación (T1/2β) varía de 2,5 a 5,5 minutos. Su actividad viscoelástica lo convierte en una interesante herramienta de aplicación tanto en cirugía oftalmológica; así como en el tratamiento paliativo de la osteoartritis, artritis reumatoide, curación de heridas y en la formulación en cosmetología. La primera aplicación del ácido hialurónico fue la cirugía oftalmológica. En algunos países el ácido hialurónico recibió la consideración de medicamento, mientras en otros fue considerado como «herramienta viscoelástica». Al ser una sustancia viscosa y elástica (parecida a la melaza) se usaba para rellenar temporalmente el globo ocular para que mantuviese su forma durante los trasplantes de córnea y la implantación de lentes intraoculares permanentes (cirugía de cataratas). El problema inicial era su elevado coste: 1 quilogramo de lubricante costaba varios millones de dólares. Su utilización clínica solo fue posible cuando se logró obtener a precios asequibles. El ácido hialurónico retiene casi cien veces su peso en agua. Esta propiedad demostró ser útil en diversas aplicaciones: desde evitar la retracción de las cicatrices post-quirúrgicas, hasta su empleo en cosmetología formando parte de preparaciones hidratantes, protectores solares y cremas antiarrugas. Endre Balazs, su esposa y su hijo Andre, fundaron Biomatrix, una empresa de biotecnología que desarrolló seis derivados del ácido hialurónico. Fue una apuesta con éxito. En el año 2000 Genzyme adquirió Biomatrix por aproximadamente 738 millones de dólares. Endre Alexander Balazs nació en Budapest, un 10 de enero de 1920. Su padre, Endre, era el ingeniero responsable del abastecimiento de agua a Budapest, hasta la llegada al poder de los comunistas. Su madre fue Vilma Bonta, nombre de soltera. Se graduó en la facultad de medicina de la universidad de Budapest en 1942, continuando sus estudios en el Karolinska Institute de Estocolmo, Suecia. En el año 1951 fundó la Retina Foundation, adscrita a la Harvard Medical School. Más adelante creó, y dirigió, la Biomedical Research Institute, en Boston, Massachusetts (Estados Unidos) entre los años 1968 y 1975. En ese año fue nombrado director de investigación oftalmológica en el Columbia Presbyterian Medical Center, hasta el año 1982. Tras su retiro, siguió ejerciendo la docencia en la cátedra Malcolm P. Aldrich de la universidad de Columbia, New York. Ya retirado fundó, junto al Dr. Denlinger una fundación altruista, Matrix Biology Institute, colaborando así mismo en otras, tales como International Society for Eye Research y la International Society for Hyaluronian Sciences. [1] También se le denominaba hialuronano. [2] Lancefield es el apellido de la microbióloga estadounidense Rebeca Craighill Lancefield, que da nombre a un sistema aceptado internacionalmente para la clasificación de los estreptococos basado en sus diferencias antigénicas cuya expresión son las divergencias en la estructura de los carbohidratos de la membrana bacteriana. [3] Reología: Propiedades reológicas: deformación de materiales sometidos a presión. El concepto de reología fue introducido por Markus Reiner y Eugene Bingham en el año 1929. Zaragoza, 8 de septiembre de 2015 Dr. José Manuel López Tricas Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria Farmacia Las Fuentes Florentino Ballesteros, 11-13 50002 Zaragoza |
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