CUATRO TIPOS DISTINTOS DE CÁNCER DE MAMA
Un trabajo publicado online en la revista Nature el domingo, 23 de septiembre de 2012 identifica sobre bases genéticas cuatro tipos distintos de cáncer de mama. Esta clasificación rediseña la comprensión del cáncer mama tanto desde criterios diagnósticos como de abordaje terapéutico. Este novedoso enfoque hará que se reconsideren las opciones de tratamiento, bien usando medicamentos no empleados hasta ahora en este tipo de cáncer, bien diseñando tratamientos dirigidos de modo específico a corregir las aberraciones genéticas que subyacen en el proceso neoplásico. Este estudio es el primer análisis genético exhaustivo del cáncer de mama, responsable directo de la muerte de más de 35.000 mujeres, solo en los Estados Unidos. Uno de los investigadores involucrados en el estudio, Matthew Ellis, de la Washington University, afirmó que “el estudio ofrece el mapa cartográfico que podría curar el cáncer de mama de modo definitivo en el futuro”. Pero hay que ser cautelosos. En el mejor de los casos, llevará años trasladar estos hallazgos a la práctica clínica, esto es, al desarrollo de nuevos tratamientos. Aun cuando la división de todos los tumores de mama en cuatro tipos genéticamente discernibles es un notable progreso, no hay que obviar que cada tumor individual tiene su propio patrón genético; y, en última instancia, los tratamientos deberían personalizarse. Existen un conjunto de etapas que convierten la ciencia básica en resultados clínicamente significativos, según Karuna Jaggar, directora ejecutiva de Breast Cancer Action, un grupo de ayuda a las pacientes y allegados. Este estudio es parte de un gran proyecto federal, Cancer Genome Atlas, que pretende construir mapas de los cambios genéticos de los cánceres más frecuentes. Recientemente ya se han publicado trabajos similares sobre los cánceres de pulmón y colon. El estudio del cáncer de mama ahora publicado en Nature ha analizado los tumores de 825 pacientes. Es la primera vez que se aborda un estudio genómico del cáncer de mama a gran escala, según Bradley A. Ozenberger, del National Institute of Health. Los investigadores identificaron al menos 40 alteraciones genéticas que podrían ser vulnerables al tratamiento farmacológico. Muchas de estas alteraciones genómicas ya se han observado en cánceres de otros órganos. Según Joe Gray, genetista del Oregon Health & Science University, “ahora disponemos de una perspectiva más clara de los errores que subyacen en el cáncer de mama”. El estudio se ha centrado en los tipos más comunes de cáncer de mama que aparecen en los conductos galactóforos (cánceres intraductales), que son los tumores primarios que todavía no se han extendido a otras partes del cuerpo. Estos tumores podrían ser controlados antes de que aparezcan metástasis. El riesgo de metástasis en el cáncer de mama es relativamente elevado. El estudio mostró un sorprendente hallazgo: un tipo de cáncer con elevada mortalidad cuyas células remedan a las células basales de la piel y glándulas sudoríparas. Estas células forman como un andamiaje en los conductos galactóforos. Este tipo de cáncer, denominado a menudo “triple negativo” representa un pequeño, pero significativo, número de todos los cánceres de mama que se diagnostican. Los investigadores hallaron que este tipo de cáncer es completamente distinto de otros tipos de cáncer de mama; y mucho más parecido al cáncer de ovario y a un tipo de cáncer de pulmón. Según James Ingle, de Mayo Clinic, uno de los 348 autores del estudio, es sorprendente la similitud de este tipo de cáncer con el cáncer de ovario. Cabe pensar que puedan tener una causa común. Estos descubrimientos tienen implicaciones terapéuticas inmediatas, al justificar el uso de los tratamientos para el cáncer de ovario en el tipo comentado del cáncer de mama, sustituyéndolos por los tratamientos usados de sólito en el cáncer de mama, que incluyen las muy yatrogénicas antraciclinas, asociadas con cardiopatías y desarrollo de leucemias. Un nuevo tipo de fármacos, inhibidores de PARP (inhibidores de la Poli-ADP-Ribosa-Polimerasa-I) (Olaparib, Iniparib), que ayudan a colapsar los cánceres ováricos, deberían ensayarse en el carcinoma mamario de células basales. Este tipo de cáncer de mama es más frecuente en mujeres jóvenes con los oncogenes BRCA1 y BRCA2 (BRCA, de Breast Cancer). Otros dos tipos de cáncer de mama, que juntos justifican un importante número de casos, dependen de las células luminales que tapizan los conductos galactóforos. Estos cánceres expresan proteínas receptoras para los estrógenos. El tratamiento de todos estos cánceres estrógeno-positivos es similar; pero el tratamiento, eficaz en algunos tipos, no funciona en otros. El análisis genético dividió este tipo de cáncer estrógeno-positivo en dos tipos distintos: tipo A y tipo B. Mientras el primer tipo (A) responde bien al tratamiento de bloqueo estrogénico, el tipo B, precisa quimioterapia, además del tratamiento de bloqueo estrogénico. En algunos casos, las aberraciones genéticas estaban tan estrechamente vinculadas con uno u otro de los tipos de cáncer que, de hecho, parecen representar la causa del proceso neoplásico. De nuevo, una conclusión repetida: las aberraciones genéticas como causa del cáncer. Además de los cánceres mamarios de células epiteliales, y de los cánceres mamarios luminales tipo A y B, el cuarto tipo es lo que los investigadores y médicos denominan cáncer HER-2, que expresan el receptor (marcador) HER-2 (HER, acrónimo de Human Epitelial Receptor). Un medicamento, Herceptin® (Trastuzumab) ha cambiado la prognosis de este tipo de cáncer, de ser uno de los más agresivos, a ser uno de los que consiguen un mayor índice de resolución. La clasificación genética de los cánceres de mama permite augurar excelentes resultados si Trastuzumab se usa en el tipo de neoplasia mamaria HER-2 positivo; pero probablemente los otros tipos deberían ser tratados con otros tipos de medicamentos. Esto es importante, pues Trastuzumab (Herceptin®) es un fármaco con cardiotoxicidad. No obstante, la única manera de confirmar clínicamente todos estos resultados es llevar a cabo ensayos clínicos. Por suerte, ya se ha iniciado el primer estudio clínico dirigido a confirmar los resultados de la investigación genética. Probablemente faltan años antes de que el tratamiento genético del cáncer de mama sea una realidad clínica cotidiana. Zaragoza, a 25 de septiembre de 2012 Dr. José Manuel López Tricas Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria Zaragoza |