ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA Y DEPORTE La esclerosis lateral amiotrófica se denomina también enfermedad de Lou Gehrig (en la fotografía, a la derecha a la carrera. La fotografía es del año 1938, poco antes de que desarrollase la enfermedad, de la que fallecería en 1941. La esclerosis lateral amiotrófica se describió por primera vez en Francia en el año 1869, si bien es conocida también como enfermedad de Lou Gehrig, desde que el famoso jugador norteamericano conocido como “el caballo de hierro” contrajo la enfermedad en el año 1939, falleciendo en 1941 a la edad de 37 años. Desde hace muchos años se ha tenido la convicción de una conexión entre el deporte de competición, sobre todo el que implica contacto físico rudo, y el desarrollo de esclerosis lateral amiotrófica. Hace unos diez años se notificó en Italia una incidencia notablemente elevada (6 veces más alta que en el grupo poblacional equiparable) entre futbolistas que rondaban los 30 años de edad, cuando lo habitual es que la enfermedad se inicie alrededor de los 60 años. Esto indujo a la realización de limitados estudios epidemiológicos en Europa. Los resultados dejaban constancia de una relación (estadísticamente discernible pero de muy limitada significación) entre los deportes de contacto y el desarrollo de esclerosis lateral amiotrófica. Los resultados podían cuestionar el beneficio del deporte, sobre todo de aquel con elevada exigencia física. Y el tema quedó deliberadamente relegado. Los estudios fueron puestos en entredicho por problemas metodológicos. Con el fin de aclarar, hasta donde fuera posible, esta cuestión, diversos grupos de investigación europeos decidieron aunar sus esfuerzos para realizar dos exhaustivos estudios clínicos. En el estudio más importante, publicado en Annals of Neurology el pasado mes de mayo (2014), han participado más de 20 investigadores de 5 países distintos. La metodología de investigación era sencilla pero rigurosa: llevaron a cabo entrevistas a 625 pacientes con esclerosis lateral amiotrófica y 1.166 personas sanas de similares características en cuanto a edad, sexo y otros condicionantes vitales. Se valoró especialmente su actividad física e implicación, lúdica o profesional, en actividades deportivas. Se tuvieron en cuenta haber sufrido injurias, sobre todo traumatismos craneoencefálicos. Los resultados del estudio muestran que la actividad física no incrementa el riesgo de padecer la enfermedad. Más aún, una moderada y regular actividad física ejerce un efecto protector frente al surgimiento de la esclerosis lateral amiotrófica. Sin embargo, una historia de traumatismos craneales, incluso leves, puede elevar el riesgo de desarrollar la enfermedad neurodegenerativa. Estos resultados coinciden con los de otro estudio, un artículo de revisión publicado en julio (2014) en European Journal of Epidemiology, que compiló información extraída de estudios relacionados con la esclerosis lateral amiotrófica publicados durante el último medio siglo. Con los datos actualmente disponibles se puede concluir que “en la población general, la actividad física no es factor de riesgo para la esclerosis lateral amiotrófica”. No obstante, se debe tener en cuenta que las conclusiones se basan en estudios relacionales, de los que no es posible inferir una relación causa efecto. Los nuevos estudios no pueden disipar las dudas acerca de la vinculación entre los efectos a largo plazo de las injurias cerebrales que se originan durante la práctica de deportes de competición, sobre todo los que implican contacto físico relativamente violento. En Estados Unidos y, en menor medida también en Europa, existen dos posturas al respecto: quienes no hallan vínculo entre los deportes de contacto y el riesgo de esclerosis lateral amiotrófica, basándose en que los jugadores de rugbi no tienen más incidencia de la enfermedad; y la de quienes arguyen que los traumatismos pueden ser un factor desencadenante o contribuyente a la aparición de enfermedades neurodegenerativas, entre ellas la esclerosis lateral amiotrófica, en base a la mayor incidencia entre los miembros de los ejércitos, sometidos a intenso ejercicio físico. Zaragoza, 20 de septiembre de 2014 Dr. José Manuel López Tricas Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria Farmacia Las Fuentes Florentino Ballesteros, 11-13 50002 Zaragoza |