(Artículo publicado en Heraldo de
Aragón: 22 de mayo de 2012)
Los medicamentos forman
parte del comercio internacional. Sin embargo, es ilegal su adquisición de
otros países a título individual. En este comercio se puede encontrar de todo:
según algunos estudios, apenas un 3% de las farmacias por Internet cumplen los
estándares de calidad, ya que muchas de ellas se hallan en países donde la
legislación no existe o se soslaya con facilidad. Es muy difícil controlar el
mercado farmacéutico online por coerción legal. En Estados Unidos, donde muchos
ciudadanos no disponen de seguro médico o tienen una cobertura muy limitada, la
posibilidad de adquirir medicamentos online a menos de la mitad del coste les
permite acceder a tratamientos que precisan.
El mercado se sostiene
porque si la compra individual de fármacos en otro país no supera las dosis de
un tratamiento estándar de tres meses, se considera legalmente que no supone
grave amenaza para la Salud Pública. El argumento de las autoridades sanitarias
para prohibir la importación individual de medicamentos es que hay que proteger
a los ciudadanos frente a las falsificaciones; pero probablemente existen
mejores maneras de conseguirlo que criminalizar la importación individual.
En una reciente publicación
oficial estadounidense se valoró la calidad y el precio de los medicamentos
adquiridos por Internet. Existe de todo: desde falsificaciones, hasta una web
de farmacias certificada por una Organización canadiense que supera todos los
estándares de calidad exigidos a los fármacos que se venden legalmente en las
farmacias. De hecho, son los mismos medicamentos, fabricados por las mismas
Compañías Farmacéuticas, solo que en lugares donde los costes de producción
hacen factible comercializarlos a menor precio.
¿Se puede poner freno a este
mercado, o habrá que intentar regularizarlo internacionalmente para evitar los
fraudes y falsificaciones?. La situación es de un cinismo exasperante, porque
algunas empresas farmacéuticas adquieren medicamentos en este mercado
clandestino, obteniendo mejores precios que luego no trasladan a los usuarios
particulares, mientas a éstos se les cohíbe para que no los adquieran por
Internet con el argumento de que suponen graves amenazas a su salud.
Al amparo de farmacias online
que tratan de hacer bien las cosas, no obstante la ilegalidad en que se mueven,
existen sofisticadas redes criminales que prosperan en el Sudeste de Asia,
Latinoamérica y Oriente Próximo. La comunidad internacional se ha ocupado de
redactar Tratados para controlar actividades como la falsificación de moneda y
el tráfico de narcóticos. Pero no existe una legislación internacional sobre el
tráfico de medicamentos falsificados. La Organización Mundial de la Salud
considera este asunto una prioridad. Es necesaria la regulación internacional
del comercio transfronterizo de medicamentos. Pero es también precisa la
adaptación intelectual y profesional a las nuevas situaciones. De no actuar, la
realidad, como tantas otras veces, no sobrepasará.
Zaragoza, junio, 2012
Dr. José Manuel López
Tricas
Farmacéutico especialista
Farmacia Hospitalaria
Zaragoza