Fármaco antimalárico frente a dos infecciones víricas mortales

Dos virus, denominados Nipah y Hendra, viven en los murciélagos de la fruta, (Megachiroptera) tambinén conocidos como zorros voladores, infectando a los animales que comen los frutos contaminados por la orina o la saliva de los murciélagos.

El virus Nipah fue aislado en el año 1999, achacándole la muerte de 106 personas en Malaisia y Singapur, principalmente granjeros y personal que trabajaba en mataderos, quienes se contaminaban a partir de los cerdos.

Desde el año 2001, el virus Nipah ha causado la muerte de más de 100 personas en Bangladesh e India. Los primeros casos de fallecimiento eran consecuencia de infecciones cerebrales; pero en el año 2004 se descubrió que el virus había mutado, transmitiéndose entre humanos por vía respiratoria. Y, de este modo, cada nuevo brote epidémico con el virus Nipah tiene mayor mortalidad, superior al 50% en los últimos brotes registrados.

El virus Hendra fue aislado en el año 1994 en Australia, matando a varias docenas de caballos y a cuatro de sus cuidadores.

Hasta ahora no se conocía ningún tratamiento farmacológico. Dos equipos de científicos, uno en la Weil Cornell Medical College de New York, y otro en Francia, descubrieron que la Cloroquina, un antiguo medicamento antimalárico, descubierto hace medio siglo, conseguía prevenir la reproducción vírica.

Cloroquina es un medicamento ampliamente estudiado, apenas empleado en la actualidad como antimalárico por las múltiples resistencias de los distintos serotipos del parásito de la malaria; pero que resulta útil para el control de estas infecciones víricas, poco frecuentes, pero muy mortíferas, y a dosis inferiores a las que eran prescritas cuando se empleaba como antimalárico.

RESEÑA HISTÓRICA DE LA CLOROQUINA

Durante la campaña norteafricana en el marco de la Segunda Guerra Mundial las tropas alemanas estaban equipadas con sontoquina, un derivado quinolínico análogo a la mepacrina, más conocido como quinacrina.

Las tropas aliadas obtuvieron muestras de sontoquina de los prisioneros germanos, siendo enviadas a Estados Unidos para su análisis. Entre otros hallazgos, se observó que la eliminación del radical metilo (–CH3) en posición 3 del anillo de quinolina daba lugar a una excepcional actividad antimalárica. El análogo de la sontoquina carente del radical metilo en posición 3, la cloroquina, se había sintetizado en Alemania en 1934 por Hans Andersag en Elberfeld. De hecho, sontoquina y cloroquina se sintetizaron en Alemania casi al mismo tiempo. I.G. Farbenindustrie había patentado ambos productos.

En Alemania se prefirió la sontoquina por considerarlo menos tóxico que la cloroquina. Sin embargo, en Estados Unidos se valoró la cloroquina frente a la mepacrina (quinacrina), eligiéndose cloroquina porque se valoró como menos tóxica y no coloreaba la piel de amarillo. Sin embargo, la producción industrial de cloroquina solo se logró al final de la Segunda Guerra Mundial, momento a partir de cual se abandonó el uso de mepacrina.

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza