Rechazo a los albinos en África

RECHAZO DE LOS ALBINOS EN ÁFRICA

Para las personas albinas, el sol es el principal enemigo. Pero en África, a los especialmente crueles rayos solares, se unen otros enemigos. La discriminación frente a los albinos ha sido siempre un grave problema para los nacidos con esta condición en todo el África subsahariana. Este rechazo ha tomado un giro cruel en Tanzania: el año pasado, 19 albinos, entre ellos varios niños, fueron asesinados y mutilados, víctimas de lo que las autoridades califican de comercio de partes del cuerpo de personas albinas.

Mucha gente en Tanzania, y también en otras partes de África, creen que las personas albinas tienen poderes mágicos. Los albinos, muy a menudo el único rostro blanco en una multitud negra, son resultado de una mutación genética que hace que su piel carezca de pigmentación. Y esta condición es curiosamente más frecuente, y especialmente cruel, en África, donde 1 de cada 3000 personas son albinas, prevalencia muy superior a la que se produce entre los caucasianos (raza blanca) donde existe una persona albina por cada 20.000, aproximadamente. Las autoridades de Tanzania afirman que muchos curanderos, muy valorados por la población, comercian con piel, huesos y pelo de personas albinas, para elaborar pócimas, en la creencia de que les proporcionarán riqueza, salud y otros beneficios.

Por suerte, tras los asesinatos, el gobierno tanzano se movilizó para proteger a los asediados albinos, un grupo rechazado como parias, y que, además, suelen morir antes de cumplir los 30 años de edad debido sobre todo a cáncer de piel.

Los niños albinos han de acudir a la escuela escoltados por la policía; y, además, las autoridades se han visto obligadas a elaborar un censo de personas albinas en todo el país, a fin de controlar, en la medida de lo posible, cualquier asesinato o mutilación de estas personas. Y, en ese afán de normalización, el presidente de Tanzania ha promocionado a una mujer albina para ocupar un escaño del Parlamento. La erradicación de hechos semejantes es fundamental, si se quieren desterrar determinados estereotipos que solo contribuyen a perpetuar el subdesarrollo del continente ¿negro?.

Pero los asesinatos no se limitan a Tanzania. También se han extendido a la vecina Kenia, donde el pasado mes de mayo, una mujer albina fue asesinada a machetazos, extrayendo sus ojos, lengua y otras partes del cuerpo. Asimismo, se han detectado a curanderos en los países bañados por el río Congo, que comercian con la piel de personas albinas.

Las escuadrillas de asesinos suelen llegar durante las largas noches africanas, a casas o chozas relativamente aisladas en pequeños pueblos o aldeas, buscando con especial ahínco a niños o adolescentes albinos. A esta dramática situación se une que muchos no acuden a la escuela, por miedo. Y, además, se les niega la posibilidad de trabajar, condenándolos a vender en mercadillos o sencillamente mendigar.

Recientemente se ha creado la Sociedad de Albinos de Tanzania, aunque su presupuesto es tan exiguo (menos de 15.000 $ anuales) que ni siquiera les permite comprar cremas solares, sombreros y ropa. No es casualidad que la sede de la Sociedad de Albinos de Tanzania se halle en los terrenos de un hospital para tratar el cáncer. Las salas del hospital están plagadas de personas albinas con graves quemaduras y úlceras; y otros con cánceres de piel sin posible remisión. En las creencias populares, se piensa que los albinos no pueden morir: sencillamente se desvanecen. Pero la visita a las salas del hospital desvanece cualquier tipo de creencia.

La persecución de las personas albinas es especialmente cruel en las áreas rurales, donde el nivel de educación es más bajo y, en consecuencia, las supersticiones tienen más arraigo. Algunos pescadores del lago Victoria (al norte de Tanzania) añaden pelos de personas albinas a sus redes en la creencia de que obtendrán una mejor pesca.

La reciente escalada de los precios de los alimentos, ha dado auge a los curanderos y sus creencias. Cuando la gente se empobrece busca la solución a sus problemas en antiguas supersticiones, aun cuando de ello se derive incluso el asesinato y la mutilación de otros seres humanos.

A pesar de todo, algunas creencias perviven: si cuando pescas llevas la cabeza de un calvo, te harás rico; si derramas sangre en una mina, encontrarás oro. Los rumores van y vienen. Pero el problema es que hay demasiadas personas que los creen sin cuestionarlos.

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista en Farmacia Hospitalaria

Zaragoza