China: origen de las plagas que devastan Europa

CHINA: ORIGEN DE LAS PLAGAS QUE DEVASTAN EUROPA

Las dos grandes plagas que asolaron Europa y cambiaron el devenir de su historia tuvieron su origen en China; así como también la tercera, mucho menos mortífera, que afligió Europa a comienzos del siglo XIX.

Siempre se ha considerado que el microorganismo causal de las plagas ha sido la bacteria Yersina pestis. Y siendo verdad, las distintas invasiones de peste han sido originadas por cepas distintas de esta bacteria. Recientemente se ha conseguido desentrañar el “árbol familiar” de este germen terrible.

La Muerte Negra comenzó en Europa en 1347, llevándose a la tumba al 30% de la población. La peste repuntaba aproximadamente cada década; siendo su último brote importante la Gran Plaga de Londres, que se produjo en el bienio 1665-66.

Como es bien conocido, la enfermedad se expande por roedores (sobre todo ratas); transmitiéndose de éstos a las personas, así como entre humanos, pulgas mediante; y, en algunos casos, también a través de la respiración.

Imagen de la izquierda: frotis de un nódulo linfático adenopático

Un equipo de biólogos, dirigidos por Barbara Bramanti, del Instituto Pasteur de Paris, y Stephanie Haensch, de la universidad Johannes Gutenberg, en Alemania, han analizado antiguo ADN y proteínas obtenidos de enterramientos masivos durante los años de la peste. Este trabajo ha sido publicado en la revista científica PLoS Pathogens, y pone en duda que la Muerte Negra fuese ocasionada por una única cepa de la bacteria Yersina pestis.

Barbara Bramanti distinguió dos cepas de la bacteria causante de la Muerte Negra, distintas entre sí, y diferentes cada una de ellas de las tres cepas existentes en la actualidad en todo el mundo. De su trabajo se infiere que la Europa medieval tuvo que haber sido invadida por dos tipos de Yersina pestis. Una de las variantes alcanzó el puerto de Marsella en 1347, expandiéndose con rapidez por Francia, llegando a Hereford, entonces una importante ciudad comercial y de peregrinaje, próxima a la frontera de Gales.

La cepa de bacteria analizada a partir de huesos y dientes en los enterramientos de Hereford en 1349 son idénticos a los hallados en el sur de Francia en 1348, lo cual establece una muy plausible relación causal.

Sin embargo, los análisis de los enterramientos en la ciudad holandesa de Bergen op Zoom, muestran una cepa diferente que, según los autores de este trabajo, parece que provino de Noruega.

La llamada Muerte Negra de mitad del siglo XIV se halla en medio de dos plagas que asolaron Europa en tiempos históricos.

La primera apareció en el siglo VI durante el reinado del emperador bizantino Justiniano. La plaga llegó a su capital, Constantinopla proveniente de barcos cargados de grano (y ratas) procedentes de Egipto. Esta plaga, conocida como la “plaga de Justiniano” puede haber matado a la mitad de la población europea; y, tal vez, haber contribuido a la expansión del mundo musulmán, no solo con la conquista de Bizancio, sino de todo el norte de África y, más tarde, casi toda Iberia.

La última plaga de peste, hasta ahora, comenzó en la provincia china de Yunnan, en 1894, llegando a Hong Kong (entonces una zona pobre e insalubre), desde donde se expandió, a través de las rutas marítimas, al resto de mundo. La plaga llegó al archipiélago de Hawai en diciembre de 1899; y entró en Estados Unidos por San Francisco en marzo de 1900.

Las tres plagas que asolaron Europa (“plaga de Justiniano”, del siglo VI; la Muerte Negra, que comenzó en 1347, con rebrotes cada 10 años hasta su última expresión en la Plaga de Londres en 1665; y la última, durante el comienzo del siglo XX) han podido ser relacionadas desde un punto de vista genético por Mark Achtman, de la Universtity College Cork, en Irlanda. En su trabajo ha realizado una especie de “árbol genealógico” de la bacteria (Yersina pestis), correlacionándolo con las distintas plagas de peste.

Las raíces de este “árbol genealógico” se hallan en China. Muy probablemente la peste alcanzó Europa, a través de Bizancio, siguiendo la Ruta de la Seda. Las marmotas jugaron en su expansión un papel trascendente.

Otra plaga epidémica alcanzó África oriental por medio de los viajes del almirante chino Zheng He, que con su inmensa flota de más de 300 barcos arribó en África en el año 1409.

La época medieval fue especialmente cálida en Europa, con temperaturas superiores a las que en la actualidad achacamos al “calentamiento global”. Esta circunstancia pudo haber contribuido a la expansión, asentamiento y resurgimiento periódico de las epidemias de peste. Pero también la costumbre de los judíos de airear sus almacenes de grano cuando llegaba la Pascua Judía. Ello daba lugar a un incremento importante de la población de ratas y otros roedores, con el aumento consiguiente de los casos de peste. Y, de ahí la creencia de que los judíos propagaban la peste en las aldeas, lo que contribuyó al rechazo social de este grupo de población.

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza