Reflexiones sobre la guerra de Iraq

¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO?

REFLEXIONES DURANTE LOS PRIMEROS DÍAS DE LA GUERRA DE IRAQ

Tal vez alguien se pregunte porqué en un Boletín interno de Actualización Farmacológica aparecen estas fotografías sobre la guerra de Iraq. No existe una respuesta. Es solo la expresión de un sentimiento de profunda tristeza ante la tragedia ajena, que debería ser nuestra también. Es terrible constatar la simpleza intelectual y la vileza moral de quienes toman decisiones que destruyen las vidas, matando y mutilando, hunden en la miseria, exaltan odios y un justificado afán de revancha.

Respecto a la postura del gobierno español, solo quiero decir que no hay mayor miseria moral que la sumisión; y no hay peor sumisión que asumir como propios odios ajenos.

El silencio en días tan trágicos es imperdonable.

I

Imagen superior tomada en Al Basra, Iraq (traducido al alfabeto

latino como Basora, primeros días de marzo de 2003 (Cable News Network, CNN)

Basora: la ciudad de los dátiles, donde se ubica la historia de Simbad El Marino (“Las Mil y Una Noches”). Imagen tomada el 24 de marzo de 2003 (New York Times)

Imagen tomada en un hospital de Nasiriya (31 de marzo de 2003), población muy próxima a Urr, donde se sitúa el nacimiento de Abraham (Ibrahim para los árabes)

Imagen tomada en Umm Qars (Iraq)

15 de marzo de 2003

Bagdad, capital de Iraq, la antigua Mesopotamia bíblica, a una hora no determinada del 24 de marzo de 2003 (New York Times)

Niño herido acostado en el suelo en un hospital de Diwaniya (Iraq) por falta de camas. Sus padres y hermanos han muerto (New York Times, 3 de abril de 2003)

Padre junto a sus hijos muertos durante un bombardeo con bombas de racimo (diversas agencias de noticias)

El sufrimiento nos amenaza desde tres direcciones: desde nuestro propio cuerpo, que está condenado a pudrirse y disolverse y ni siquiera puede prescindir del dolor y la ansiedad como señales de advertencia; desde el mundo exterior que puede encolerizarse en contra nuestra con fuerzas de destrucción abrumadoras e inexorables; y, finalmente, desde nuestras relaciones con otras personas

Sigmund Freud (El malestar en la cultura, 1930)

EN EL MUNDO NO HAY MAS QUE DOS PODERES: EL SABLE Y EL TALENTO. ENTIENDO POR TALENTO LA GRANDEZA INTELECTUAL. A LA LARGA EL SABLE SIEMPRE SERÁ VENCIDO POR EL TALENTO.

Napoleón

Zaragoza a tres de abril de dos mil tres

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza