¿Curación espontánea del cáncer?

¿PUEDE CURAR EL CÁNCER ESPONTÁNEMENTE?

Existe la creencia, y también la convicción entre los médicos, de que el cáncer no tratado apunta en una sola dirección: la de progresar, dando lugar a metástasis.

En un trabajo reciente (The Journal of the American Medical Association) se aportan datos recogidos a lo largo de más de dos décadas de exámenes preventivos de cánceres de mama y próstata, para su detección en fases tempranas de desarrollo. Además de los hallazgos previsibles de que los tumores no tratados pueden resultar letales, estos años de seguimiento y estudio han hecho posible descubrir que muchos pequeños tumores se resuelven sin tratamiento. Y esta resolución de los tumores varía desde aquellos que dejan de crecer, llegando a veces a colapsarse, a otros que (sobre todo cánceres de mama) sencillamente desaparecen.

El punto de vista clásico es que el cáncer es un proceso lineal: una célula sufre una mutación inicial, la cual facilita la aparición de otras mutaciones posteriores. Y las mutaciones no revierten espontáneamente. Este hecho ha creado la convicción de la unidireccionalidad del cáncer: siempre progresa, creciendo de manera disruptiva y metastásica.

Probablemente, las mutaciones per se, no sean suficientes en muchos casos, sino que las células precancerosas requieran la colaboración de otras muchas células para dar el “salto genético” hasta convertirse en células cancerosas. Y, en este sentido, los sistemas endocrino e inmunitario son fundamentales para destruir un cáncer incipiente; o, por el contrario, para acelerar su progresión.

La desaparición de los tumores es un hecho bien conocido en los cánceres de testículo. No es frecuente, pero sucede.

Es claro que el cáncer es un proceso dinámico. Pero si hasta ahora se tenía la convicción de que era unidireccional, ahora, se sabe que en algunos tipos de tumores el sentido de su evolución puede invertirse.

Naturalmente, de estos importantes hallazgos no se debe inferir que un cáncer no deba ser tratado. Desde el punto de vista biológico, la remisión espontánea del cáncer es un fenómeno infrecuente.

Pero estos descubrimientos podrían ayudar en el futuro a decidir qué tumores deben ser tratados, y cuáles deben simplemente ser controlados, confiando en la posibilidad de una remisión espontánea.

Prácticamente todas las personas tenemos multitud de células cancerosas y precancerosas a partir de la edad adulta, con las que convivimos sin mayores problemas. Por ejemplo, las células precancerosas del cáncer cervical suelen revertir: hasta un 60% en 1 año; y hasta un 90%, transcurridos tres años.

Muy recientemente se ha comenzado un programa en el hospital John Hopkins (New York), en el cual a los hombres con cáncer de próstata en estadios iniciales se les ofrecía la opción de realizar un seguimiento activo del tumor, sin ninguna otra intervención, ni quirúrgica ni farmacológica. Si el tumor progresaba hasta un determinado estadio, se les sometía a extirpación quirúrgica de la próstata. Los hombres que elegían la no intervención a cambio de un control exhaustivo, eran aproximadamente la mitad de aquellos que optaban desde el principio por la extirpación quirúrgica de la próstata. Los resultados han demostrado que solo entre un 20% y un 30% de los cánceres de próstata precozmente diagnosticados, progresaban; y muchos de los que se desarrollaban lo hacían de una manera que no se consideraba especialmente peligrosa. No obstante, todos los pacientes en quienes el cáncer progresaba, con independencia de la agresividad del tumor, eran sometidos a cirugía.

Un estudio similar se está llevando a cabo en Canadá, aquí con cánceres renales. Se han observado remisiones espontáneas, incluso en tumores renales avanzados. Algunos resultados publicados indican que el porcentaje de remisión espontánea es similar al de remisión debido al tratamiento, de lo que cabe inferir que, en este tipo de tumor y población seleccionada, el tratamiento no supuso una mejora de los resultados.

No obstante, existen un sinnúmero de cuestiones sin resolver: ¿porqué progresa un cáncer?; ¿con qué frecuencia?; ¿cuándo iniciar un tratamiento agresivo?; el deterioro inmunitario causado por el tratamiento, ¿puede facilitar la expansión del propio tumor?; ¿es ética y médicamente correcto una detección demasiado precoz del cáncer?; ¿es útil un tratamiento agresivo de cánceres en estadios iniciales?.

Todas estas cuestiones, y otras, son, hoy por hoy, imposibles de resolver con criterios uniformes. Pero debemos tener presente, que todos, en el transcurso de nuestra vida, debemos convivir con un creciente e inmenso número de células precancerosas y cancerosas, cualquiera de las cuales, si se dan una serie de circunstancias que apenas conocemos, pueden terminar con nuestra existencia.

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza