Prevención frente al cáncer de tiroides inducido por radiación

Mientras asistimos a la lucha de Japón por evitar un desastre nuclear, algunos ciudadanos particulares y Compañías norteamericanas, se disputan la adquisición de yoduro potásico (KI), un sencillo producto que protege frente al cáncer de tiroides inducido por los efectos de la radiación.

Según la división norteamericana de la empresa sueca Recipharm, el principal suministrador mundial de yoduro potásico, las ventas de los últimos tres días han superado las de los últimos tres años (16 de marzo de 2011).

En tanto algunas peticiones son a título individual, otras solicitudes proceden de empresas que desean enviarlas a sus empleados en Japón. Alan Morris, presidente de Anbex, otro importante suministrador mundial de la sal, ha afirmado que están a punto de enviar dos millones de dosis de yoduro potásico que, aun cuando están fuera de su plazo de caducidad, continúan siendo perfectamente válidas.

Japón ha distribuido yoduro potásico a los centros de evacuación próximos a la central nuclear de Fukushima Daiichi.

El mecanismo de protección es muy sencillo: el anión yoduro (I) contenido en la sal (yoduro potásico, KI) se fija a la glándula tiroides, saturándola de yodo. Y, de este modo, la inhalación o ingestión de yodo radiactivo (I121) no puede ser fijado por la glándula.

Algunas asociaciones están solicitando que el gobierno norteamericano proporcione yoduro potásico a las personas que viven en la proximidad de una central nuclear.

Los suministradores de las tres versiones de yoduro potásico aprobadas por la FDA, ninguna de las cuales precisa prescripción médica, se están viendo sobrepasadas por la demanda.

El fabricante antes citado, Anbex, vende las dosis de yoduro potásico por Internet, con el nombre de Iosat®.

Recipharm (el fabricante sueco) ya no acepta peticiones por Internet para su preparado ThyroSafe®.

Fleming Pharmaceuticals, fabricante de ThyroShield®, una formulación líquida de yoduro potásico, especialmente adecuada para los niños, ha afirmado que está preparando su producto tan deprisa como le es posible; y adecuando su proceso de fabricación para acomodar su producción a la creciente demanda.

Las farmacias situadas en la costa del océano Pacífico de Estados Unidos y Canadá, no pueden responder a la demanda de estos días de un producto sin apenas consumo habitual.

La dosis diaria de yoduro potásico recomendada para saturar los receptores de la glándula tiroides es de 130mg. Con una dieta equilibrada solo se ingiere alrededor de una milésima parte de esta cantidad.

No obstante, hay que usar con precaución el yoduro potásico, porque puede causar hipertiroidismo, además de reacciones alérgicas.

El Congreso norteamericano legisló en 2002 que el gobierno federal debía suministrar cápsulas de yoduro potásico a todas las personas que vivieran en un radio de 20millas (32,18quilómetros) de un central nuclear. Pero ni las administraciones de George Walker Bush, ni la actual de Barack Hussein Obama, han implementado dicha provisión, arguyendo que existen otras alternativas.

Sin embargo, algunos Estados de USA han actuado por su cuenta, proporcionando cápsulas de yoduro potásico a personas que viven en un radio de 10millas (16,09quilómetros) de una central nuclear, o, alternativamente, creando depósitos de tales cápsulas.

Edward J. Markey, representante demócrata por Massachusetts, autor de la legislación de 2002, que no se ha cumplido, ha afirmado que, a raíz de los acontecimientos actuales en Japón, el radio de 10millas es, a todas luces, muy escaso. En una carta reciente a John Holdren, asesor científico de la Casa Blanca, Edward J. Markey escribía: “no deberíamos esperar a que se produzca un accidente catastrófico o un ataque terrorista sobre un reactor nuclear en este país, para implementar medidas de emergencia avaladas por el sentido común”.

Zaragoza, 17 de marzo de 2011

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza