Fabricación de medicamentos en países emergentes

Fecha de publicación: 13-may-2011 20:17:45

Fabricación de medicamentos en países emergentes

La fabricación actual de medicamentos está derivando desde los países occidentales hacia los denominados países emergentes. Y el caso más espectacular, también paradigmático, es la República Popular China. Sin temor a exagerar se puede afirmar que de manera simultánea al cierre de plantas de fabricación europeas, se abren plantas de producción en China.

Uno de los últimos ejemplos de esta tendencia es el caso de la planta de fabricación de Aspirina, situada cerca de Lión, Francia, perteneciente a la multinacional química Rhodia. Esta multinacional cerró hace muy poco tiempo una fábrica que producía Paracetamol. Y ahora acaba de anunciar que cierra otra fábrica, próxima a la anterior, en la que se fabrica Aspirina®. Y este cierre es importante: hasta ahora una de cada cuatro Aspirinas que se consumen en el mundo se sintetizaban en la fábrica francesa, que la ha venido fabricando desde 1908, solo nueve años después de que fue sintetizada por Friedrich Bayer. La razón esgrimida para el cierre es que la producción de Aspirina en Francia ya no es rentable. Un motivo similar arguyó Bayer para cerrar sus fábricas de producción de Aspirina en Europa y Estados Unidos. Recordemos que la Aspirina se sintetizó en el último año del siglo XIX; y durante más de un siglo ha sido seña de identidad del laboratorio, Bayer. En muy poco tiempo, casi toda la producción mundial de Aspirinas estará en manos chinas. Pero, ¿son seguras las fábricas chinas?; y, ¿quién las controla?. La respuesta a estas cuestiones no es baladí, sobre todo si se examinan algunos antecedentes recientes.

En China existen miles de modestas empresas fabricantes de medicamentos que los venden en mercados locales, con escasos márgenes de beneficio y en circunstancias que favorecen la contaminación y falsificación. En el año 2002, una asociación de fabricantes farmacéuticos chinos estimó que alrededor del 8% de todos los medicamentos publicitarios fabricados en China eran falsificaciones.

Muy recientemente (2008), más de 53.000 lactantes han enfermado de insuficiencia renal, tras ser alimentados con leche maternizada contaminada con melamina, un producto químico muy tóxico cuando se ingiere, usado con distintos fines, y del que China es el principal productor mundial. El fraude consistía en añadir melamina (un producto rico en nitrógeno) al agua con que se preparaban las leches infantiles. De ese modo se falseaba el contenido proteico de las leches, dado que la riqueza en proteínas se infiere a partir de la cantidad de nitrógeno. Un fraude muy burdo, pero muy peligroso: la melamina es un producto muy tóxico para los riñones. Lo más lamentable es que la empresa fabricante, Sanlu, recibió varias quejas de sus productos de leche en polvo, algunos meses antes de la celebración de los Juegos Olímpicos de Beijing (transcripción fonética de Pekín en mandarín). Los primeros casos sospechosos se comunicaron a las autoridades locales el 2 de agosto (2008); y éstas, no informaron a las autoridades provinciales hasta el 9 de septiembre, cabe suponer que para no interferir con la celebración de los Juegos Olímpicos. El 11 de septiembre, Sanlu decidió retirar 700 toneladas de leche en polvo contaminadas con melamina; y, dada la dimensión del problema, ya no fue posible ocultar el escándalo.

Sin embargo, el problema de la leche en polvo contaminada ha venido precedido de otros, que han involucrado pastas dentífricas contaminadas, alimentos para animales de compañía contaminados también con melamina, juguetes con plomo; y un producto para el resfriado común que se vendió en Paraguay, donde causo varias decenas de fallecimientos. El motivo: se había producido un error en el etiquetado, vendiéndose como producto anticatarral un anticongelante.

La pasada primavera (2008), los fabricantes chinos de heparina, medicamento que se administra para prevenir la formación de coágulos sanguíneos causantes de embolias, no siguieron el protocolo de fabricación; y, de resultas de ello, 81 personas fallecieron en todo el mundo debido a reacciones alérgicas desproporcionadas; varias decenas de miles asumieron graves riesgos. El organismo regulador de alimentos y fármacos norteamericano reconoció no haber auditado la planta de fabricación. El problema tiene su origen en la derivación de la producción de heparina por multinacionales farmacéuticas hacia la República Popular China.

Lejos de mi intención es dudar de la capacidad de los países emergentes para fabricar medicamentos. Sin embargo, no es suficiente con traspasar sin más la metodología productiva, sin tener en cuenta el abismo político, cultural y lingüístico entre Occidente y los países llamados emergentes.

Publicado en 2008. Revisado: 2011

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza