Mortalidad infantil por diarrea

MORTALIDAD INFANTIL POR DIARREA

En los países en vías de desarrollo, más de un millón y medio de niños muy pequeños mueren cada año debido a deshidratación causada por diarrea. Esta sobrecogedora cifra de mortalidad infantil es superior a la causada por el SIDA, la malaria y sarampión, conjuntamente. Y lo peor es que evitar la muerte de un niño por diarrea apenas cuesta ¡unos céntimos de euro!.

Los países ricos gastan considerables, aunque siempre insuficientes, sumas de dinero en el tratamiento del SIDA, una enfermedad que, hoy por hoy, requiere la administración de costosos medicamentos durante toda la vida; y, si embargo, la diarrea y la neumonía infantiles, apenas reciben la escasísima atención económica, sanitaria y educativa que serían precisas para convertir el problema en algo residual.

La actual crisis financiera ha reducido la aportación de los países ricos hacia distintos programas de desarrollo en el llamado Tercer Mundo. Con todo, la Administración del actual presidente norteamericano, B. Husein Obama ha incrementado un 2% el presupuesto destinado a la lucha contra la infección por VIH y al SIDA en países en vías de desarrollo; y el incremento en los distintos programas de salud materno-infantil ha sido del 6%.

Solo en los dos países más poblados de África, Nigeria y Etiopía, el número de fallecidos por SIDA en el año 2007 (237.000 personas) fue menos de la mitad de los niños de menos de 5 años que fallecieron por neumonía y diarrea, alrededor de 540.000 niños, esto es, más de medio millón de infancias que no llegaron a ser.

Este año Estados Unidos ha destinado 750 millones de $ para el control del VIH y del tratamiento del SIDA en los dos países citados; y solo 35 millones de $ para mejorar los aspectos más básicos de la salud materno-infantil en estas dos naciones africanas. La cifra alcanza los 646 millones de $ si se consideran todos los países del mundo receptores de esta ayuda.

Estados Unidos, en su compromiso de ayuda en el tratamiento del SIDA, incrementó en un 48% anual los recursos financieros desde 1998 hasta 2007, estimándose en la actualidad en 7,4 billones de $ la cantidad invertida en la salud global en los países en vías de desarrollo. A pesar de todo, más de la mitad de las personas con infección por VIH o SIDA en estos países no reciben tratamiento alguno; y aproximadamente dos millones murieron de SIDA en 2007, según estimaciones del Programa HIV/AIDS de las Naciones Unidas.

Sin embargo, el número de mujeres y niños que fallecen de neumonía y diarrea supera a las muertes por SIDA. De los 9 millones de muertes en niños de menos de 5 años de edad en todo el mundo, aproximadamente 2 millones son consecuencia de neumonías; y otro millón y medio son causadas por diarreas de diverso origen.

Muchas madres del África rural, sobre todo las muy jóvenes y primerizas, no saben cómo enfrentar una diarrea de sus hijos pequeños. La imposibilidad de acceder a un sanitario, y la falta de formación básica, son responsables de que sus hijos mueran antes que accedan a un centro de cuidados básicos; o que éstos lleguen a un dispensario en tal estado de deshidratación que no siempre los sanitarios consiguen salvarlos.

Todos los profesionales involucrados en estos asuntos están de acuerdo en el gran beneficio (medido en disminución de mortalidad infantil) que puede lograrse de la terapia de rehidratación oral, consistente en enseñar a las madres a preparar soluciones rehidratantes orales a base de ingredientes muy básicos y baratos. Algunos programas de ayuda distribuyen estas sales, junto con tabletas de zinc, para tratar la diarrea infantil. Para ello se aprovechan las campañas antimaláricas (que incluyen la distribución de redecillas impregnadas de insecticida para las camas); y las campañas de vacunación frente al sarampión.

Con un presupuesto global de entre 3 billones y 4 billones de $, se podrían vacunar la gran mayoría de los niños pequeños frente a la neumonía y los rotavirus, responsables de casi la tercera parte de las diarreas infantiles.

No debemos obviar la cuantía que los gobiernos han destinado a salvar de la quiebra a tantos bancos y empresas, en la mayoría de los casos inmerecidamente. Y compárense esas cifras con las que permitirían salvar de la muerte a tantos niños con problemas médicos banales en el Mundo Occidental.

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza