Brote infeccioso causado por Escherichia coli

BROTE INFECCIOSO CAUSADO POR ESCHERICHIA COLI

En base a la información disponible a fecha 7 de junio de 2011

El número de personas infectadas por la cepa virulenta de la bacteria Escherichia coli, principalmente, pero no exclusivamente en Alemania, no deja de aumentar. Curiosamente esta bacteria fue aislada en Alemania, allá por el año 1885, recibiendo su nombre de género (Escherichia) del microbiólogo Theodor von Escherich. La imprudencia inicial de Cornelia Prüfer, Senadora para la Salud y Protección al Consumidor de Hamburgo y perteneciente al Partido Social Demócrata germano, al achacar la infección a una partida de pepinos españoles, ha propiciado una situación que roza el esperpento. Otra vez el complejo de inferioridad de los latinos (los PIGS) ante los laboriosos y pulcros estados calvinistas del norte. De nuevo la búsqueda de conspiraciones; y, finalmente, el alivio de vernos despojados de la culpabilidad. Los viejos estigmas siguen vigentes.

Centrándonos en el grave problema de la infección, sería conveniente aclarar algunos aspectos de interés general. Escherichia coli es una bacteria que habita de manera habitual en el intestino donde, junto con otros tipos de bacterias, forma la flora intestinal, tan necesaria para la digestión y el correcto funcionamiento de nuestro sistema digestivo. Pero las bacterias mutan, experimentan variaciones en su acerbo genético; la gran mayoría de las variantes son inocuas; solo de vez en cuando, aparece una variante que fabrica y libera sustancias tóxicas. Por suerte, este suceso es muy inusual.

En este punto hay que comentar la controversia que ha surgido entre científicos europeos y norteamericanos en relación a la conveniencia de tratar esta infección con antibióticos, incluso cuando la cepa se muestre susceptible a dichos medicamentos. La razón es que la presión de selección que introduce el antibiótico puede desencadenar mutaciones de la bacteria a cepas todavía más peligrosas, además de favorecer el desarrollo de cepas (variantes) resistentes.

El Centro Médico de la Universidad de Hamburgo-Eppendorf atiende a todos los pacientes del área metropolitana de la ciudad del Elba donde surgió el brote. Los médicos que atienden a los pacientes confirman que éstos no están siendo tratados con antibióticos.

Todos los enfermos con sospecha de estar infectados y que desarrollen diarrea deben ser ingresados y aislados en hospitales, dado que las heces de los pacientes son un vehículo de transmisión sorprendentemente común. La variante tóxica de Escherichia coli desencadena la enfermedad fabricando y liberando una sustancia tóxica en el intestino. Esta toxina difunde por la sangre llegando hasta los más pequeños vasos sanguíneos del cuerpo. El organismo responde formando coágulos que atascan estos diminutos capilares. Los riñones, repleto más que cualquier otro órgano de estos diminutos vasos sanguíneos, son particularmente vulnerables al taponamiento. Y es por ello que el fallo renal es la principal complicación de esta infección; y causa última de los fallecimientos.

El tratamiento con antibióticos incrementa la probabilidad de fallo renal, mientras tiene un mínimo efecto sobre la duración de la infección. Los antibióticos en este caso son poco eficaces, siéndolo mucho más la administración de fluidos intravenosos, que ayudan a mantener el funcionamiento renal.

Por suerte, la mayoría de los pacientes se recuperan de la infección sin secuelas al cabo de entre siete y diez días.

Desentrañar el origen de la infección es un proceso largo, confuso y no exento de errores. Los alimentos involucrados en el brote (tomates, pepinos y lechuga) son, con frecuencia, comidos juntos; y las cadenas de suministro son muy difíciles de distinguir. Cuando un restaurante necesita guarniciones, a menudo mezcla vegetales de una variedad de granjas. Es, pues, a todas luces imposible achacar la infección a un alimento o condimento particular.

Algunos expertos se muestran escépticos de que la cepa responsable (E. coli 0104:H4), sea la única responsable del brote infeccioso.

Se ha achacado el brote a productos cárnicos con el argumento razonable del abuso de antibióticos en el pienso, que facilita el desarrollo de cepas bacterianas resistentes a estos antibióticos, los mismos que, con mayor grado de pureza, se usan en terapéutica humana. Mientas se redacta este artículo se daba por cierto que era la soja la responsable de la epidemia; pero casi sin solución de continuidad se ponía en entredicho esta última afirmación. Los políticos, tan necesitados de agradar a los medios de comunicación, exigen prontas respuestas, que no siempre la investigación está en condiciones de proporcionar. El trabajo riguroso nos conducirá a la resolución de este grave problema sanitario. Pero los políticos y los medios de comunicación deben mostrar exquisita prudencia. Y los usuarios debemos extremar las medidas higiénicas, recordando que solo hace 70 años que la humanidad comenzó a disponer de antibióticos.

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza