INFORME
PRELIMINAR SOBRE LA
DISPENSACIÓN DE MEDICAMENTOS DOSIS DÍA
Consideraciones previas.-
La dispensación de medicamentos individualizada se
comenzó a realizar en Estados Unidos a mediados de la década de 1970. La razón
inicial radicaba en que, a diferencia de Europa, en los Estados Unidos las
dosis de los medicamentos solían comercializarse en frascos; de tal manera que
el farmacéutico debía preparar las dosis precisas prescritas para un
determinado tratamiento, o para un determinado período de tiempo, que dependía
bien de la cronicidad de los tratamientos, bien de las posibilidades
financieras del paciente. Este modo de proceder se trasladó a los hospitales con
una doble finalidad: evitar errores en la administración a pacientes
ingresados; y ahorrar los costes directos (pérdidas o deterioro) e indirectos
(complicaciones o prolongación de la estancia hospitalaria por un uso
incorrecto) asociados a los tratamientos farmacológicos.
Situación en España.-
La consolidación de los Servicios de Farmacia
Hospitalarios a comienzos de la década de 1970 hizo que se establecieran
dinámicas de trabajo que trascendieran la mera
adquisición-custodia-control-dispensación de los preparados farmacéuticos. Uno
de los procedimientos que añaden valor al uso de medicamentos en los hospitales
es la implicación activa de los farmacéuticos. La supervisión participativa de
los farmacéuticos en la prescripción ha conllevado a un mayor y mejor control
de los hábitos de prescripción. Múltiples trabajos lo avalan, tanto nacional
como internacionalmente. Y esta implicación en la prescripción solo es
técnicamente factible a través de un sistema de dispensación individualizada.
Así pues, el hecho inicial, que continúa siendo válido, de un ahorro de costes
(donde deben incluirse los errores), ha sido trascendido por una mejor práctica
clínica.
Material y métodos.-
Se enumeran, dado que los detalles concretos y sus
costes de adquisición dependerán de diversos factores:
- Programa
informático
adecuado asociado al programa general de gestión de Farmacia.
- Carros
de unidosis
(tantos como unidades de hospitalización).
- Carro
nodriza
(que completa el carro de unidosis).
- Sistema
de re-envasado
de las dosis que los precisen. Esta manipulación no debe alterar el
envasado previo por parte del fabricante, a la hora de no alterar la
caducidad; además de evitar cualquier manipulación que conlleve
implicaciones legales.
- Adecuación
del número de farmacéuticos y personal técnico para llevar a
cabo la sistemática de trabajo en condiciones estandarizadas.
- Asunción de que
se trata de un procedimiento global de trabajo en el que TODOS DEBEN
COLABORAR para su correcto funcionamiento.
- Establecer protocolos de actuación para situaciones
especiales, tales como festivos, vacaciones del personal, y otras.
Metodología.-
El funcionamiento es bien sencillo. Solo exige la
coordinación de las diversas partes del sistema. Una vez que se decide su
puesta en marcha, el staff farmacéutico
debe explicar los detalles del modo de proceder.
Costes asociados.-
Como cualquier procedimiento de trabajo existen costes tangibles e intangibles.
Los primeros son los asociados con la inversión inicial (amortizable)
consistente en carros de unidosis, carros nodriza, máquina de re-envasado; y
con la inversión inicial (no amortizable) derivada de la ampliación de
plantilla.
En cuanto a los costes intangibles, habrá que tener en
cuenta la calidad asistencial (validación farmacéutica de los tratamientos), la
mejora de la atención sanitaria (protocolización de los tratamientos); además
de la reducción de los errores durante la administración de los fármacos.
Conclusiones previas.-
En mi opinión, el sistema de dispensación de
medicamentos dosis-día, es un procedimiento muy útil para mejorar en su
conjunto el manejo de medicamentos en el hospital. A largo plazo, y en
estudios bien diseñados que consideren todas las variables, supone un ahorro de
costes (tangibles e intangibles).
Pero no se deben obviar sus riesgos: el
abandono de la rutina y la dejación en la búsqueda de la excelencia en el
procedimiento. Ahora más que nunca, recordar la aristotélica sentencia de que
“la excelencia no es un acto, sino un hábito”.
Es necesario pues que todas las personas
involucradas tengan muy claro cuál es el objetivo buscado, la importancia de la
observancia de los procedimientos, y el compromiso de la mejora continua.
Dr. José Manuel López Tricas
Farmacéutico Especialista Farmacia
Hospitalarias
Zaragoza