Monopolio chino de fabricación de Aspirina

MONOPOLIO CHINO DE FABRICACIÓN DE ASPIRINA

En el centro del un distrito industrial al sur de Lyon, Francia, un poco más allá de una refinería y una planta de fabricación de vainilla sintética, se asienta una planta de producción de ocho pisos de altura dedicada a la fabricación de Aspirina®. La factoría de Lyon es la última de este tipo. Ninguna otra factoría en Europa ni USA, fabrica ácido acetilsalicílico (Aspirina®) genérico. El mercado ha pasado a estar controlado por productores “de bajo coste” chinos. Incluso Bayer, la empresa alemana que patentó la Aspirina®, y comenzó su fabricación en el año 1890, luchando durante un siglo para distinguir su medicamento como uno de los más fiables, ha derivado su producción a la República Popular China.

La planta de fabricación de Lyon (la segunda ciudad de Francia en número de habitantes), propiedad de la multinacional química francesa Rhodia, ha estado fabricando Aspirina® desde 1908; y aun hoy fabrica una de cada cuatro Aspirinas® que se sintetizan en todo el mundo. Pero ahora, un siglo después de comenzar su producción, anuncia su decisión de dejar de fabricarla. La planta de fabricación arguye, como en tantas ocasiones, que ya no es rentable continuar su producción en Francia. Hay más: Rhodia también ha decidido cerrar otra planta de producción donde se sintetizaba acetaminofen (más conocido en España como paracetamol). Y ésta era la última planta de producción en Europa occidental de este medicamento, el popular Termalgin®.

En la actualidad, esta es una tendencia general en la producción de medicamentos: las fábricas europeas cierran; y se abren plantas de producción en China. Este país se convertirá, en aras de la rentabilidad, en el único fabricante mundial de Aspirina® en un próximo futuro. Pero, ¿son seguras las fábricas chinas?; y, ¿quién lo sabe con certeza?. Los Organismos Reguladores (la FDA en Norteamérica; y la Agencia Europea del Medicamento) raramente inspeccionan estas instalaciones.

Las empresas farmacéuticas occidentales que importan ingredientes farmacéuticos procedentes de China están obligadas a analizarlos pormenorizadamente antes de su uso y/o comercialización. Además, algunas de estas empresas europeas envían inspectores a China para auditar las plantas de producción. Pero los controles sobre los fabricantes de medicamentos genéricos no parece ser tan estricta.

En la República Popular China miles de modestas empresas fabricantes de medicamentos los venden en mercados locales, con escaso margen de beneficio, y con frecuentes falsificaciones y contaminaciones. En el año 2002, The Pharmaceutical Association, un grupo chino que agrupa a numerosas empresas del sector farmacéutico, hicieron la estimación de que hasta el 8% de todos los medicamentos publicitarios que se vendían en China eran falsificaciones. Además, los productos contaminados se extienden más allá de los medicamentos: la reciente contaminación de leches infantiles con melamina ha hecho enfermar a decenas de miles de recién nacidos con un grave fallo de sus riñones, falleciendo algunos de ellos y debiendo ser hospitalizados una cifra de difícil estimación. La melamina, un producto muy tóxico a dosis elevadas, se añadía al agua con el que se preparaban las leches infantiles con el fin de falsear el contenido de proteínas. La melamina es una molécula con elevado contenido en nitrógeno; y éste representa una medida del valor proteico.

Pero éste ha sido solo el último escándalo relacionado con la fabricación de alimentos y medicamentos en China. Otros anteriores han involucrado pastas dentífricas contaminadas, alimentos para animales de compañía (contaminados también con melamina), juguetes contaminados con plomo, un producto para tratar el resfriado común etiquetado erróneamente que mató a decenas de personas en Paraguay.

La pasada primavera los fabricantes chinos de heparinas que exportaban a todo el mundo, incluida España, no siguieron el protocolo de fabricación establecido y, de resultas de ello, 81 personas fallecieron como consecuencia de reacciones alérgicas; al tiempo que decenas de miles asumieron graves riesgos. La FDA (Administración norteamericana responsable de los alimentos y medicamentos) reconoció que no había aprobado la fabricación china de heparinas para la venta en Estados Unidos, ni había inspeccionado las plantas donde se producía.

La FDA ha anunciado que abrirá oficinas en la capital china (Beijing) y en las ciudades de Shanghai y Guangzhou.

La República Popular China se convertido durante la última década en el principal suministrador mundial de ingredientes (excipientes) necesarios para la fabricación de medicamentos. Y lo ha logrado a base, otra vez, de producirlos y venderlos a precios más baratos.

Resulta muy significativo que el 43% de todas las solicitudes de autorización de venta de medicamentos genéricos en USA provengan de China; el 13% de India; y tan solo el 14% procedan del propio país, Estados Unidos.

No se deben olvidar que las diferencias culturales, las dificultades lingüísticas y la distancia geográfica (varios husos horarios) suponen una muralla mucho más infranqueable que la construida por la dinastía Ming para protegerse de las tribus de Mongolia.

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Zaragoza